Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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sábado, 31 de marzo de 2012

Viaje a La Habana Cuba

Marzo 24-29-2012 del Padre Tomas Del Valle-Reyes Catedral de La Habana en la misa celebrada el domingo 25 de marzo, 2012. Fue presidida por el Obispo de Fajardo-Humacao, PR, Eusebio Ramos Morales. Junto a él estaban el párroco de la catedral, el vicario general de la Diócesis de La Habana, y sacerdotes procedentes de diversos países, entre ellos el P. Tomas Del Valle-Reyes

viernes, 30 de marzo de 2012

RESPONDIENDO AL P ALBERTO CUTIE

(Leer artículo  al final de mi respuesta)
 Querido Padre Alberto Cutié,
 Acabo de recibir tu reflexión EL VIERNES SANTO DE CUBA PARECE ETERNO.
 ¿Sabes? Me llamo Tomás, y hago honor a mi nombre. Si no veo no creo.
Me he tomado la molestia de ir a Cuba con motivo de la visita de Benedicto XVI.
 Esa visita ha sido el final de un largo proceso que comenzó hace varios años.
Los Obispos Católicos de la Isla, junto con toda la comunidad católica, empezaron hace varios años una misión de educación y evangelización. De forma silenciosa pero eficaz.
 Han logrado concientizar a la comunidad en general.
Se han podido abrir escuelas católicas, hogares de recogida de ancianos y un largo etcétera caritativo. Pero sobre todo se ha logrado sembrar con libertad, SI, con libertad la semilla del evangelio en la Isla. Y esa semilla está dando sus frutos ahora.
Y el viaje de Benedicto ha sido para confirmar a los hermanos en la fe. No tenía una finalidad política, como se ha pretendido. Es el pastor que acompaña a los hermanos en las celebraciones de la Madre Caridad del Cobre.
Desearía que buscaras en el fondo de tu memoria. Todo empezó con el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (¿te suena algo?) en 1986, y continuó con la visita de Juan Pablo II en 1998 y ahora, en 2012 ha tenido su etapa con la celebración mariana de los 400 años de la Aparición de la Caridad del Cobre.
Ha sido un proceso largo, tedioso y frustrante muchas veces, pero han sido semillas que se han sembrado en el pueblo cubano. Ese pueblo que no es tan solo el de La Habana. Que es el de la Isla entera. Ese pueblo que está descubriendo la Palabra viva de Dios a través de círculos de oración, de círculos de lectura orante de la Palabra de Dios.
La Iglesia Cubana, esa que piensas es un títere del gobierno, ha escuchado el clamor de su pueblo. Y tiene muy consciente lo que el Concilio Vaticano II (¿te suena a algo eso?) afirmaba “Las alegrías y las esperanzas, las penas y las tristezas de la Humanidad, son las alegrías y las esperanzas, las penas y las tristezas de los creyentes en Cristo. Y NADA HUMANO LE DEBE SER AJENO al creyente”
La Iglesia Cubana, la que camina alienta y vive en la Isla ha sufrido mucho. Pero ha sabido ser testigo y aliento de esperanza. Por eso muchos de los asistentes a las misas, a las manifestaciones, a las misiones organizadas y peregrinaciones a la Caridad, lo han hecho libre y voluntariamente.
Además, perdona que te diga, pero tus compatriotas de la Isla no son estúpidos. Ni están “eñangotaos” como dicen en la Isla donde tú naciste, Puerto Rico.
Han sabido sobrevivir y están luchando. Me da la impresión que has caído en lo que llamo “el complejo de la mujer de Lot” De tanto mirar hacia atrás te estás convirtiendo en estatua de sal. Y la sal no siempre es buena.
Amarga la vida y las cosas. O el complejo de Peter Pan. Vives una realidad que no existe. Recuerda que todos los que dejamos nuestra Casa Paterna (Patria viene de Pater, Padre en latín) llevamos después de un tiempo en el corazón y en la cabeza un país que no existe. El que dejamos. El pueblo cubano sufre. Y mucho. Como sufren los emigrantes de este país.
Como les ocurre a los sirios, los palestinos, los haitianos, los homeless y un largo etcétera. Habrá represión en Cuba, no lo dudo. Como la hay en muchos países que se llaman democráticos. Pero sabes qué? Mi experiencia personal, es que el pueblo cubano es un pueblo grande, con ganas de vivir, de luchar, de compartir.
 La Revolución puede haber sido un fracaso, yo no tengo los elementos para juzgarla. Lo que sí puedo ver y juzgar es el valor de un pueblo que ante tantas dificultades, todavía sonríe, todavía ama, todavía se las inventa y lucha.
Quizás la imagen que tienes desde tu comunidad en la Florida es la que recibes a través de los medios de comunicación. Sabes tan bien como yo cómo se manipulan las noticias, los hechos, las realidades. Te invito a que vuelvas a la Isla, la patees de arriba abajo. Hables con unos y con otros. Sufras y te alegres con unos y con otros. Entonces te creeré lo que dices.
Te deseo finalmente que esta Semana Santa que vamos a comenzar en breve sea una llena de oración, reflexión y alegría porque Cristo vive y nos invita a vivir y compartir la vida
Un abrazo de amigo y hermano
Padre Tomás del Valle.



EL VIERNES SANTO DE CUBA PARECE ETERNO…
Padre Alberto Cutié
Iglesia de la Resurrección http://www.churchoftheresurrection.org/
En estos días santos, la mayoría de los cristianos del mundo celebramos la Semana Santa, participando de los días más sagrados del año litúrgico que conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. El centro de lo que celebramos es la victoria de Cristo sobre la oscuridad de la tumba – y de la muerte – con la luz de la resurrección. Los cristianos creemos que todos los que nos hacemos parte del mismo Cristo en el bautismo, participamos también en este “misterio pascual” de su muerte y resurrección. El dolor de la cruz y de la muerte que recordamos el Viernes Santo, son transformados en gozo y gloria eterna, a través de la resurrección de Cristo. Por eso cantamos “Aleluya”, asistimos a nuestras iglesias en gran numero y celebramos en familia el día de Pascua de Resurrección. Pero en el caso de Cuba – por lo menos en el ámbito social y político - parece que se quedan con el Viernes Santo una vez más; con poca esperanza de ver una pronta resurrección. Hace unos días el mundo entero pudo ver la breve visita de Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, a Cuba. Los que no son cubanos o no entienden mucho nuestro proceso de 53 años de opresión y régimen totalitario, ven por la televisión la visita pastoral como un acontecimiento especial – y no cabe duda que lo sea. Pero lo lamentable es que muchos de los espectadores internacionales se puedan engañar pensando que ese gran pueblo presente en esas Eucaristías públicas fue allí libremente. Desafortunadamente, son innumerables los reportajes de miles de empleados “forzados” a asistir en contra de su voluntad y que no tienen idea lo que es una misa o el significado religioso de una liturgia de tal magnitud. Por otra parte, sabemos que muchos de los que son miembros de la disidencia interna se les detuvo en prisiones o se les silencio por completo para que “no hubieran problemas”, además de tantos otros que van por curiosidad o deliberadamente para reprimir a quienes se salgan de orden. Y eso es lo que la mayoría de los televidentes en Estados Unidos, America Latina y otras partes del mundo ni saben, ni entienden. Lo que si es evidente es que Cuba sigue viviendo un Viernes Santo que parece eterno: Sus jóvenes de pensamiento libre siguen siendo detenidos y hostigados por expresarse libremente. Toda persona que se salga de la línea oficial es una amenaza dentro de esa “isla bonita” vuelta “cárcel ideológica”. Ahora cuando liberan a los prisioneros políticos o de conciencia, los tienen que deportar a España por miedo a lo que su presencia pueda producir en la población cubana. Además, los líderes del mundo – incluso los religiosos y de nuestra propia America Latina - siguen visitando a Fidel para tomarse la foto oficial con el viejo tirano – como si fuera una especia de héroe - mientras los cubanos siguen sufriendo situaciones infrahumanas. ¡Los latigazos no paran! La sangre de nuestros mártires se sigue derramando sobre esa isla bella que no logra salir de la tumba, ni puede comenzar a cicatrizar las heridas causadas por la injusticia de tantos años. Mis padres y abuelos salieron de Cuba para que sus hijos y nietos pudiéramos vivir en libertad. Doy gracias a Dios por su exilio; aunque se que fue un proceso muy doloroso y que nunca se imaginaron durara mas de medio siglo. Pero, gracias a ese paso que dieron de buscar la libertad, he podido nacer y educarme en un país democrático y donde no se tiene que aceptar la esclavitud de una sola ideología ni una sola forma de pensar. El ser humano no ha sido creado para vivir como preso, sino para ser libre – en toda la plenitud de la palabra. En esta Semana Santa, no puedo dejar de pensar en el anhelo de miles y miles de cubanos heroicos (los fusilados en los paredones, los presos políticos, los de la brigada 2506 que invadieron buscando recuperar la libertad de su patria, los que han muerto lanzándose al mar, los jóvenes de Hermanos al Rescate y tantos otros) que tuvieron el sueño de ver a una Cuba resucitada; fuera de esa tumba ideológica y absurda que la sigue encerrando. Aunque ellos ya no están con nosotros, creo firmemente, que ya son participes de la vida eterna – la verdadera resurrección. ¡Verán, algún día, la resurrección de la patria desde el cielo! Después de la visita del Papa el Viernes Santo cubano continúa… Y todavía los cubanos tendremos que esperar y seguir luchando para poder volver a cantar nuestro ¡Aleluya! The Rev. Albert R. Cutié Priest-in-Charge Church of the Resurrection 11173 Griffing Blvd. Biscayne Park, FL 33161

jueves, 29 de marzo de 2012

MANUEL EL TAXISTA

La Habana,29 de marzo 2012    Los taxistas de La Habana son como todos los taxistas de este mundo. Profesionales, chismosos, alegres, serviciales, astutos e incluso psicólogos. Un poco confidentes y otro poco confiados. Se suele establecer una especie de acuerdo tácito entre el pasajero y el conductor en que tú me cuentas, yo te escucho, los dos nos desconocemos, pero ambos nos hemos abierto a ansiedades, curiosides, alegrias, confidencias.
Todo acabará cuando lleguemos a nuestro destino, abonaremos el importe del transporte y no volveremos a vernos.
El miércoles tuve que tomar un taxi en La Habana. Debía llegar desde Miramar hasta La Habana Vieja y allí buscar la residencia del Cardenal Ortega. Tenía un encargo que entregarle y ya el jueves temprano salía del país. Una vez llegados frente al terminal de los barcos, al otro lado de la antigua iglesia de San Francisco, le dije al taxista que me llevara a mi destino final. Después de varios titubeos y preguntas me confesó que no sabía dónde quedaba ese sitio ni qué significaba el ser Cardenal, ni siquiera Arzobispo.
Era un tanto extraño el escuchar esas palabras cuando durante los últimos días no se había hablado de otra cosa en todo el país, y nadie explicaba nada de los visitantes importantes que llegarian a su isla.
Al final Manuel me explicó la razón de ser de su ignorancia.
“Mi madre y mi padre eran unos profundos creyentes. Yo tuve que dejar de creer para poder asistir a la escuela a la cual quería ir. Cuando era adolescente, en el centro docente nos preguntaban con cierta frecuencia si creíamos en Dios o si teníamos algún familiar fuera de la Isla.. En caso afirmativo sabíamos que no tendríamos acceso a la Escuela que quisiéramos ni tendríamos oportunidad de progresar. Preferíamos entonces marcar la casilla del NO. Ahora de adulto, lamento el no haber creido, el no haber tenido la oportunidad de recibir una educación religiosa, de la clase que fuera. El ser revolucionario y ser creyente no mezclaban. Lo uno negaba lo otro. Y la verdad que añoro creer.” Manuel es el segundo caso de taxistas en mi deambular por La Habana. El otro fue Miguel Angel, quien me dijo que en la vida lo más importante no era el dinero, sino el compartir el respetar y dar la mano. Y además sin perder la sonrisa.

martes, 27 de marzo de 2012

CAMINANDO POR LA VIEJA HABANA

Pictures by: Father Tomás del Valle    A Cuba se puede venir por muchas razones: visitar la familia, reconectarse con la historia y el tiempo pasado, comprar, solearse en las playas, ver los éxitos y los fracasos de una revolución que ya lleva algo más de medio siglo marcando la vida de los habitantes de la Isla. Pero lo que no se puede hacer es venir a Cuba y no visitar La Habana Vieja.
Entre sus adoquines, sus viejos muros, sus mujeres vendiendo maní, sus cantantes callejeros, sus mojitos en La Bodeguita de en Medio, la que hiciera famosa Hemingway, sus tiendas del estado donde se vende lo que no hay en los estantes vacíos con libretas de racionamiento por empleados aburridos y cansados, los mercados recién abiertos donde se descuartiza un cerdo encima de una mesa llena de mugre y alegría de los improvisados carniceros.Todo es vida en la vieja ciudad La Habana Vieja es una ciudad eterna que conserva su esencia y su alegría. Vi alegría por la visita del Papa. Vi indiferencia por tanto turista que la recorre, patea y pregunta muchas veces sin sentido. Noté malicia en los ojos de sus mujeres mulatas hacia el blanquito rubio y despistado. Sentí el amor a sus callejuelas con nombres de mujer. No estaba ausente la tristeza en los ojos de muchos con los que conversé. Sus casas se están desmoronando poco a poco, pero son sus casas y no las abandonarán por nada del mundo. Sus balcones estaban llenos de sábanas, camisas, toallas. No para recibir al Papa, un viejo que arrastra los pies, mira a los ojos con intensidad y susurra palabras de alegría y esperanza. Dentro unos días se irá de la Isla. Quedará su recuerdo, algunas calles asfaltadas, fachadas repintadas, murmullos de aceptación e indiferencia. El Papa se irá. La Habana Vieja seguirá viva. Su dulce mojito. Sus maniseros. Sus casas desconchadas y despintadas. Pero sobre todo, seguirán sus habitantes. Los habaneros viejos que, cigarro entre labios, esperan otro día. Otro Papa. Otro más que venga a entusiasmarles, si es que puede “No, nos moverán”

lunes, 26 de marzo de 2012

VOLVIENDO A CUBA

P Tomás del Valle Marzo 26-2012 desde la Habana
He vuelto a Cuba después de catorce años. En aquella ocasión, mi primera y única visita, todo eran recelos miedos, cosas por hacer, ilusiones y desesperanzas. Los rostros estaban marcados por la tristeza y pocas ganas había de fiestas. La situación económica no permitía demasiadas alegrías. En las calles abundaban viejos automóviles con no menos de 40 a 50 años de uso. El aburrido empleado que nos atendió en el aeropuerto parecía un clon de tantos oficiales como vemos en nuestros aeropuertos. Dependiendo de cómo haya descansado así atendía. Se esperaba a un líder religioso del cual se sabía poco.
Que era polaco, que agitaba multitudes, que se decía le había hecho la vida difícil a las autoridades comunistas polacas. Veníamos más de 300 personas en aquel vuelo directo desde NY. Muchos venían para acompañar y recibir al Papa. Otros no pretendían otra cosa que hacer turismo con excusa religiosa. No eran los menos quienes volvían a la patria de la cual salieron hacía muchos, demasiados años. No faltó el que venía a ver la casa que dejó, las propiedades que quedaron atrás, el mundo que quedó atrás. La amargura estaba presente en sus rostros.
Cuando el sábado 24 de marzo volví a aterrizar en el aeropuerto de La Habana era otro mundo. La limpieza y amplitud se veían y notaban. No creo fuera porque en los próximos días entrarán muchos visitantes. Se nota y siente que es algo rutinario. Sencillos y simples trámites aduanales y emigratorios. Los autobuses que esperaban para trasladar al grupo del que formo parte eran modernos, casi nuevos, con excelentes guías y choferes bilingües. No hay el derroche de luz que vemos se desperdicia en muchos de nuestros aeropuertos y carreteras. En un semisilencio llegamos a la zona de La Habana donde nos estamos hospedando. La misma ciudad, el mismo mar, las mismas calles, los mismos habitantes, distintas personas.
La experiencia me lleva a reconocer que todo ser humano que ha dejado su tierra, su vida, su corazón allí donde nació corre dos riesgos. Uno de que tanto mirar hacia atrás corra el mismo peligro de la mujer de Lot, de convertirse en estatua de sal. Los cubanos que viven en Cuba me ha dado la impresión por el poco tiempo que llevo entre ellos que ése no es su complejo. No miran para atrás. Se lamentan quizás sus penurias pero ni pierden el sentido del humor ni la ilusión de echar hacia adelante. La vida es corta y hay que vivirla.
Los que por diversas razones dejamos nuestra casa paterna, nuestra patria –la palabra Patria viene del latín, Pater, padre- después de un prolongado tiempo llevamos en el corazón y en la cabeza un país que no existe, una fantasía. Salimos de la casa paterna, de la tierra que nos vio nacer, crecer, amar y emprendimos un nuevo camino lejos. Se paralizaron nuestros recuerdos, nuestros sentimientos, nuestra vida. Y eso, creo, le está pasando a muchos cubanos honestos, sinceros, que están volviendo a Cuba, Su país, el que llevan en su corazón y su cerebro ya no existe. Ahora hay un pueblo joven, que ve muchas cosas como parte de su historia pero mira hacia adelante. Para muchos de ellos, los creyentes, el Papa viene a alentarles y apoyarles en la fe y en la construcción de un mundo mejor del recibido de sus mayores. Viene a apoyar la esperanza de un pueblo. Nada más Y nada menos.

domingo, 25 de marzo de 2012

Caminado por las Calles de la Habana

Marzo 25, 2012
Hoy Domingo después del almuerzo empecé a recorrer esta hermosa ciudad de la Habana y me comentaban las personas que
todos están “ Maquillando La Habana” para la Visita del Santo Padre, me comentaba María, que La Habana pintó viejos edificios, repavimentó calles y hasta levantaron un altar en la Plaza de la Revolución donde mañana recibirán a Su Santidad El Papa Benedicto XVI que con miles de carteles decoraron: “Bienvenido a Cuba, Peregrino de la Caridad”.
Es increíble y sorprendente ver a un Benedicto XVI sonriente en carteles pegados de los árboles, edificios y balcones, y de fondo tiene a la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, como protegiendo y guiando al Santo Padre.
Nosotros los católicos sabemos que este año se cumplen 400 años de la aparición de la imagen Virgen de la Caridad del Cobre en Cuba, y ésta es uno de los motivos de la visita del Papa Benedicto XVI al pueblo cubano.
Se puede ver que hay limpieza, orden y sobre todo una organización increíble. Muchos dicen que esta visita del Santo Padre es un “regalo de Dios”, y ya han visto que el Papa hablo en Español en México y que no es tan frio como lo imaginaban.
Me decían unos muchachos voluntarios: “Este Papa nos ha sorprendido cuando se acerco al pueblo de México a saludar a la gente sencilla, ojala haga eso aquí y nos eche su bendición igual que a ellos, porque el trae paz y amor.”
Se ha edificado un precioso Altar al pie del monumento José Martí, héroe nacional, y está al frente de las imágenes del Che Guevara y Camilo Cienfuegos, héroes de la revolución.
También me fije que La terminal Numero 1 del aeropuerto Internacional José Martí ha sido “Maquillada rigorosamente” para recibir al Pontífice el día de mañana. Luego caminé por las calles del Barrio Miramar de la Nunciatura Apostólica donde se hospedará el Papa en su segunda noche en Cuba y también esas calles han recibido su “facelift” o maquillaje. Edificios bien pintados, carreteras arregladas y todo parece listo esta noche a la espera de Benedicto XVI.

viernes, 23 de marzo de 2012

CUANDO VUELVA A CUBA

Catorce años han pasado desde la última y única vez que fui a Cuba. Juan Pablo II, el Pastor trotamundos que fue llevando mensajes de esperanza a lo largo del mundo, se acercó a Cuba.
Fue a llevar un mensaje de alegría y de solidaridad. “Que el mundo se abra a Cuba, y Cuba se abra al mundo” Y abrió puertas. Y entramos muchos. Y volvimos con el corazón partío... De alegría al ver que la fe estaba profundamente arraigada a pesar de muchas penas y tristezas. Que al pueblo cubano las dificultades no le habían quitado sus ganas de vivir, sus ganas de creer, su fuerza y su alegría. Hay futuro en un pueblo que ama y cree, aunque pase dificultades. También de tristeza.
Tristeza al ver tanto desgarro, tanta soledad, tanta necesidad, tanto sufrimiento ante familias, amigos, vecinos separados por unas millas de mar pero sobre todo por unos puntos de vista, unas maneras de ver y de sentir la vida. Era la tragedia de ver a los cubanos de allá y de acá. Hermanos separados. Diálogos de sordos. Caminos de ciegos.
Ha pasado el tiempo. Juan Pablo II se fue de entre nosotros. Dejó sembradas muchas semillas. Después de su visita ya las cosas no han vuelto a ser las mismas. Benedicto XVI va a la Isla los próximos días. Y yo voy a volver (de presentao dirían los boricuas) Voy a sentir y palpar la vida del pueblo cubano 14 años después. Quiero ver con mis propios ojos. Quiero sentir y rezar con amigos y con desconocidos. Y no quiero ir solo. Iré con todos ustedes. Voy a ser sus oídos y sus ojos. De lo que haya visto les contaré. Intentaré cada día contarles.
Que también cuando salga de Cuba deje mi corazón partido entre tantos hermanos que viven y luchan por construir una Iglesia, una comunidad de amor abierta a la alegría y a la esperanza.
Me voy pa Cuba. Ya les contare desde allá lo que vea y sienta a través de mis columnas.
Padre Tomas

miércoles, 21 de marzo de 2012

QUE EL MUNDO SE ABRA A CUBA

Columna Marzo 25, 2012
Y Cuba al mundo.
Todos recordamos aquellas palabras proféticas que Juan Pablo II en el lejano 98 cuando visitó Cuba.
Mucho huracán ha barrido la isla desde entonces. Muchas cosas han cambiado. Muchas cosas siguen igual.
Muchos sueños se frustraron.
Muchas ilusiones se han hecho realidad.
De nuevo el Papa vuelve a Cuba.
Entonces lo era el Papa polaco.
El gran líder que llevó a la Iglesia al tercer milenio.
Fue el gurú espiritual para los polacos en su enfrentamiento con los sistemas totalitarios que oprimían su país natal.
Muchos pensaron que iba con un discurso parecido a Cuba.
Esa no fue la razón de su viaje.
Pretendió apoyar, consolidar y fortalecer a sus hermanos en la fe, recordarles que Cuba hunde sus raíces y su identidad en el evangelio.
Benedicto XVI, el Papa alemán, no es el carismático Juan Pablo II. No es hombre de grandes multitudes.
No tiene la simpatía y el don de gentes de su predecesor.
El uno era un gran actor de teatro llegado a Papa.
Este es el intelectual, el profesor, el creador de pensamiento serio, tímido y profundo que viene a Cuba por un motivo: consolidar, apoyar y fortalecer a sus hermanos en la fe.
Son distintos líderes, distintos los tiempos, pero el mismo pueblo, el mismo mensaje, la misma alegría, el mismo reto: “construir un mundo mejor del recibido de nuestros mayores” en palabras del Vaticano II.
Tanto entonces como ahora surgieron agoreros de mala suerte, escépticos y envidiosos, ilusos y profetas baratos. Para ciertos grupos tanto JPII como BXVI llevaban una agenda política en su viaje.
De ahí su rechazo o su apoyo. Del Papa polaco se esperaban muchas cosas. Fracasaron sus sueños.
No entendieron que su llamado a que Cuba se abriera al mundo y el mundo a Cuba era un llamado a no desconocerse, a no ignorarse, a abrir espacios de diálogo y respeto.
No entendieron que su viaje no era otro que el de consolidación de la fe de sus hermanos.
Fue el viaje de un pastor que viene a acompañar a sus hermanos, a sus hijos en la fe. Y punto. “Y no hay más ná”
Han pasado 14 años desde entonces.
La situación en Cuba ha cambiado. Una nueva generación de creyentes ha surgido en el país.
Creyentes enraizados en el viejo tronco de la fe católica. Sus raíces siguen siendo las mismas.
Hace más de 500 años que se sembró esa fe. Fue amamantada por el amor a María, la de la Caridad, la del Cobre.
Fue forjada con las prédicas y enseñanzas de Félix Varela, se mezcló con Changó y Yemayá, se convirtió en música, alegría y esperanza.
Esa comunidad de creyentes es la que espera a Benedicto XVI y con la que el Papa desea encontrarse. Van a compartir dos cosas en común, el amor a María, que hace 400 años se apareció en una playa de la Isla, y el deseo de construir un mundo donde “las alegrías y las esperanzas, las penas y las tristezas, son las de los creyentes en Cristo porque nada humano le debe ser ajeno al creyente” ((Vaticano II) A eso va. Nada más. Y nada menos. Los que piensan otra cosa, ni conocen a Benedicto XVI ni han entendido la razón de ser del viaje.
Tertuliasiglo21@aol.com

Viaje con El Padre Tomas del Valle a China, Tierra Santa, Monte Sinaí y Jordania. Para mayor información, Visite nuestra pagina de Internet www.descubriendoelsiglo21.com  
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