Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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lunes, 28 de enero de 2013

EL DIA DEL RECUERDO


Enero 27, 2014
(All Pictures by: Rev. Father Tomas Del Valle-Reyes)
He ido con frecuencia a Jerusalén, la ciudad de un Dios, dos pueblos y tres religiones, como la definiera cierto político inglés. Es una ciudad llena de olores, murmullos, razas, rezos, risas, romances y ruidos. Cuando se recorren las callejuelas de la ciudad vieja cualquier cosa puede pasar.

Sus paredes rezuman tristeza y llanto. Pero hay dos sitios que nunca he dejado de visitar cada vez que he tenido la oportunidad de recorrer esta ciudad tan especial. Uno es el lugar donde, según la tradición, fue ejecutado Jesús, el aldeano de Nazaret, a manos de las fuerzas de ocupación romanas en el siglo I. Entre vericuetos, callejuelas, monjes con caras de amargura y tristeza, apestosos a sudor, cera derretida y medio andrajosos, en un templo laberíntico, se encuentra además del calvario el sepulcro del Nazareno.
Dependiendo de las horas del día en las cuales se visite, se siente el recogimiento y la oración fluye espontánea. También se parece al al zoco de cualquier ciudad musulmana. Es tan complicado el sitio que la llave de entrada y salida del templo la mantiene una familia musulmana desde tiempos inmemoriales.
El otro lugar que siempre visito es Yad Vashem, el memorial donde se recuerda los seis millones de personas que fueron asesinados durante el período comprendido entre 1934 y 1945 por parte de los seguidores del movimiento nazi instaurado en Alemania y, posteriormente, en los países anexionados. Como monumento vivo del pueblo judío al Holocausto, Yad Vashem salvaguarda la memoria del pasado e imparte su significado para el futuro.

Establecido en 1953 como centro mundial de documentación, investigación, educación y conmemoración del Holocausto, Yad Vashem es por hoy un sitio dinámico y vital de encuentro internacional e intergeneracional. 
Por más de medio siglo Yad Vashem está comprometido con cuatro pilares del recuerdo: Conmemoración, Documentación, Investigación y Educación (página web Yad Vashem)
Y visito este lugar porque considero que es el segundo calvario de la milenaria ciudad. Allí se conserva el recuerdo vivo. 
De la misma forma que con respeto y reverencia se entra en el cubículo donde, según la tradición, fueron colocados los restos de Jesús al ser bajado de la cruz, así se hace al visitar las diversas salas y lugares de Yad Vashem. 
Pero hay uno que vendría siendo especial, y es donde se guardan las cenizas de millones de seres humanos que fueron incinerados en los diversos campos de concentración.

De todos esos campos destaca uno el mayor campo de exterminio nazi, en Auschwitz-Birkenau. 
Una llama ardiendo perpetuamente nos recuerda las vidas que se fueron.
Auschwitz fue liberado por las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945. Este año se cumplen los 68 años. 
Al cumplirse el 60 aniversario la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto.

Es cierto que el Holocausto Judío no fue el único en la historia reciente. 
No podemos olvidar el armenio a manos turcas, los llevados a cabo en la antigua Yugoslavia entre serbios, bosnios y albanokosovares, las minorías en Irak, en África entre hutus y tutsis. 
La lista es larga. La desmemoria corta. 
 Alguien dijo que quien ignora su historia corre el peligro de volver a cometer los mismos errores. 
En Jerusalén se trata de que no haya olvido.
Tertuliasiglo21@aol.com

jueves, 3 de enero de 2013

Fiesta de los Tres Santos Reyes

Enero 6, 2013
Esta época de fiestas que estamos celebrando se mueve entre dos acontecimientos importantes en la vida de los cristianos. Uno es la conmemoración y actualización del nacimiento de Jesús en un pequeño pueblo de la Judea. 
Es la Navidad. El otro es la celebración de la llamada Fiesta de los Reyes Magos, la Epifanía o Manifestación. En esta última recordamos la ofrenda de dones y de respeto por parte de unos extraños individuos que, atraídos por una serie de signos, se acercaron ante la cuna de Jesús en Belén. Es la Fiesta de los Tres Santos Reyes, también llamados magos.

Los relatos del Evangelio en torno a estos individuos y a esta festividad son escasos y sobrios. Tan sólo el Evangelio de San Mateo nos habla de estos personajes, de los cuales afirma que eran unos sabios de Oriente, quienes se presentaron en Jerusalén preguntando acerca del Rey de los Judíos, cuya estrella habían visto y deseaban ofrecerle su respeto y sus regalos. La sorpresa causada entre los habitantes de la ciudad capital fue grande al ver tal caravana y con tal finalidad: rendir vasallaje al recién nacido Rey de los Judíos. De todos es conocido el interés, las intrigas, los recelos desarrollados por Herodes el Grande y sus secuaces.
La presentación en el Palacio, la búsqueda del niño y, finalmente, la vuelta a sus países de origen, dan excusa a Herodes, una vez descubierto el engaño, a desatar una terrible matanza en Belén y alrededores, cosa por otro lado bastante frecuente en la intrigante vida del monarca idumeo.
La forma sobria y escueta con que Mateo nos presenta la presencia de estos personajes nos plantea una serie de preguntas que, a lo largo de la historia, se han intentado resolver, acudiendo la mayoría de las veces a la fantasía.
¿Cuántos eran? El relato de San Mateo no nos indica el número. Por el tipo de ofrendas que le hacen- oro, incienso y mirra- se ha llegado a la conclusión de que eran tres. Sus nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar. Tales nombres aparecen por primera vez en documento escrito a principios del siglo VI de nuestra era en una obra, de autor anónimo, llamada Excerpta Latina Barbari.
Posteriormente, Beda el Venerable, una de las figuras más importantes en la historia del cristianismo en Inglaterra, y también una de la más destacadas de la incipiente Edad Media, en su obra Comentarios acerca del Evangelio de San Mateo, expresa la idea de que estos tres personajes representaban a los tres continentes conocidos hasta el momento. Llega incluso a la afirmación de que son descendientes de Sem, Cam y Jafeth, los tres hijos del personaje bíblico Noé, el del diluvio.
En las tradiciones de origen oriental estos personajes reciben otros nombres. En el llamado Libro de Adam, evangelio apócrifo de origen etíope, los nombres son: Hor, rey de los persas; Basanater, rey de Saba y, finalmente, Karsudan, rey del Este. En las tradiciones sirias y armenias el número de los Reyes se sitúa en doce.
El lugar de procedencia es igualmente un misterio.
Podemos deducir, en base al sobrio relato evangélico, que procedían de Oriente, y su lugar de origen estaba en la Península Arábiga, lugar donde floreció una cultura de gran riqueza, tanto material como intelectual, y que apenas es conocida entre nosotros.
Finalmente, la pregunta en torno a la naturaleza de estos personajes siempre ha llevado un poco a la confusión. La palabra mago no denota necesariamente rey, sino experto en cuestiones de astronomía y astrología, con lo que podemos deducir que estos personajes eran más bien expertos en cuestiones esotéricas y astrológicas que gobernantes. Pensemos que hasta muy entrado el Renacimiento la Astrología era considerada como una ciencia exacta y digna del mayor respeto
En nuestro mundo hispano esta festividad ocupa un lugar especial. Desde los primeros momentos de la llegada de la fe cristiana al continente americano se ha venido celebrando la Fiesta de los Tres Santos Reyes.En memoria de aquellos presentes de Oro- símbolo de la realeza- Incienso- símbolo de la divinidad- y Mirra- de la Humanidad, se ha quedado entre nosotros ofrecer regalos en esta fecha.
Es la fiesta de los niños, del recuerdo del buen comportamiento, de tantas cosas que nos hacen volver a ser niños. Y al fin y al cabo, la Navidad es la fiesta de un Dios hecho Niño.
No nos olvidemos de poner nuestra hierbita en la noche antes del 6 de enero.