Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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domingo, 13 de diciembre de 2015

¿POR QUÉ NO PODEMOS DECIR FELIZ NAVIDAD?

(Columna del 2010)
Desde hace unos años cuando llega esta época hemos 
dejado de escuchar el Feliz Navidad, o el Merry Christmas. 
Se escucha y se ve por todas partes el “Felices Fiestas”. 
"Happy Holidays” y la verdad que parecería chistoso si no 
fuera que detrás existe algo mucho más serio e importante.
El utilizar ese saludo para estos días denota una ignorancia y un desprecio hacia la historia y las creencias de cerca del 40% de la Humanidad.
Para todos los cristianos, divididos en diversos grupos y ritos, estos días se dedican a recordar y actualizar el nacimiento de un judío que vivió en el siglo I en una provincial marginal del Imperio Romano.
Su vida, sus enseñanzas, sus formas de acercarse y acercarnos a Dios han sido la base del Cristianismo.
Si bien es cierto que no conocemos la fecha exacta de su nacimiento, sin embargo desde el siglo IV se llegó 
a un acuerdo de que fuera por estas fechas, las mismas que el calendario romano dedicaba al nacimiento del sol, las que se utilizarían para recordar el nacimiento de Jesús de Nazaret
su manifestación al universo ante unos reyes-astrólogos-adivinos.
 Se crearon una serie de historias basadas en los textos de los evangelios de Mateo, Lucas y Apócrifos.
La Edad Media fue prolífica en manifestaciones populares: canciones, adornos, escenificaciones, comidas. 
Fue el hijo de una emigrante francesa en Asís, apodado Francesco, Francisco, quien en la noche del 24 de diciembre de 1223 representó en una cueva próxima a una ermita, las escenas de la Natividad de Jesús según nos lo cuentan los evangelios.
En el centro de la Europa medieval se utilizaban los abetos, árboles de hoja perenne, de vida eterna, para recordar esa vida eterna que nos viene a los seres humanos a través de la figura de Cristo que nace en Belén.
Se unieron el árbol y el pesebre, la vida eterna del árbol con la vida y alegría del nacimiento de Jesús.
Pero de repente nos ha entrado un no sé qué por el cual se pretende borrar totalmente el mensaje religioso de estos días.
Se empezó utilizando a San Nicolás (en holandés Claus, en spanglish Santa Cló)
un simpático obispo de origen turco que llegaba a los Países Bajos a principios de diciembre llevando regalos a los niños. 
De Holanda pasó a New Amsterdam, o sea, New York.
Y aquí, en los años 30 una gran cadena de almacenes de todo, 
ubicada en la calle 34, llegó a un acuerdo con un fabricante 
de bebidas gaseosas, vistió de rojo a Santa Cló, (como sus logos y botellas) y montaron el gran negocio.
Ese negocio ha sido el que está matando el espíritu de estos días. 
Por eso no se puede decir Feliz Navidad, porque eso no vende.
¿Por qué nos extrañamos? Hemos sacado a Dios de Escuelas, Hogares, Hospitales. Que lo saquemos de las Navidades no debería sorprender.
Eso sí tenemos dioses nuevos. 
Son los billetes de Banco
Por eso en estos días decimos Felices Fiestas. 
Es la época en la cual vamos a los templos de los grandes almacenes, a las capillas de las tiendas, a honrar, y gastar, el dinero.
Es algo divino.
Para todos aquellos que aún creemos que Navidad es ver el rostro de Dios en la cara de un niño, FELIZ NAVIDAD !

Tertuliasiglo21@aol.com

NOS HAN ROBADO LA NAVIDAD

Jerusalén, 23 diciembre 2007 (Una columna del 2007)

Desde hace varios días estoy recorriendo los lugares que nos recuerdan el nacimiento, infancia y primeros años de Jesús de Nazaret.

En todos los rostros y en todas las personas se percibe el verdadero sentido de la navidad: vida compartida, respeto de unos por otros, la realidad de un Dios tan normal que nace entre nosotros pasando los mismos apuros que muchas de nuestras familias. Familia trabajadora la formada por José, María y el pequeño Jesús.
Supieron, como lo saben muchos de sus compueblanos hoy en día, lo que es el estar sin trabajo, el tener que emigrar por motivos políticos, el que su hijo les salga malcriado. Y lo ven como normal y lo celebran con normalidad. Para los habitantes de Nazaret, como para los de Belén o de Jerusalén, navidad es un día más en que se recuerda la vida, se respeta la vida desde la concepción hasta la muerte, se alegran por la vida, mientras se intenta construir la paz. Lo entendieron muy bien desde el principio. No les importó ni el día ni el año exactos. Les importó el mensaje de vida que aún hoy quieren vivir: navidad es paz en la tierra para los hombres y mujeres de buena voluntad.

En nuestra sociedad moderna, sofisticada, del siglo de la tecnología, nos han robado y prostituido la navidad y su sentido. Nos han convertido la navidad en el momento del año para vender, para la bebelata y la comelata. El momento del año para endeudarnos hasta las cejas con las tarjetas de crédito. El momento del año de atorar el correo con tarjetas que no dicen nada, que mandamos por cumplir. El momento del año en que destruimos bosques enteros. El momento del año de las promesas más embusteras. Hemos convertido la celebración de la navidad en la adoración de un gordo viejo y asqueroso vestido de lata roja de soda con burbujas, dando unos gritos histéricos y engañando a nuestros niños.

El santacló no es otra cosa que la personificación de la sociedad más consumista, derrochadora y anticristiana. Predica todos los valores anti navideños por excelencia. Navidad es amor. La lata de refresco nos dice que es consumir. Navidad es sinceridad. El santa vestido de lata de refresco no hace otra cosa que mentir impunemente. Los comercios auspiciadores de la lata de refresco colorada no hacen otra cosa que una asquerosa guerra por ver quién más vende. Ya hasta el Merry Christmass nos lo han quitado. Ahora es más “educado” decir “Happy Holidays” disque para no ofender a los no cristianos. ¡Pero si esta fiesta es puritita cristiana!!!!!.

A quien corresponda, por favor, devuélvanos el espíritu la navidad. El del comercio, se pueden quedar con él.

PD: No puedo dejar pasar esta columna y estas fechas para enviar un saludo muy cordial y respetuoso a un sector de nuestra población que en estos días van a sufrir más que nunca la soledad. Me estoy refiriendo a todos los encarcelados y sus familias.
Estoy seguro que están donde están no precisamente por ser angelitos. Pero son también seres humanos que sufren, que tienen familia. La vida ha sido difícil para todos ellos. Animo y Alegría. Para todos los privados de libertad, felices días llenos de alegría y esperanza. El amor es más fuerte que la muerte.

Jerusalén, 23 diciembre 2007
Tertuliasiglo21@ aol.com

sábado, 5 de diciembre de 2015

Carta de Monseñor Aguirre: a Papa Francisco

Monseñor Aguirre: "¡Gracias Papa Francisco por haber venido!"
"Nos has dado valor y esperanza, porque no te callaste, porque miraste a la cara a los pobres"
Redacción, 30 de noviembre de 2015 a las 15:46

(Monseñor Juan J. Aguirre, abispo de Bangassou).-¡Gracias Papa Francisco por haber venido! 
Al principio no nos lo creíamos: 
¿Cómo todo un Papa viene a pisar la tierra roja de este país 
ensangrentado por la sangre también roja de tanta pobre gente?
Sin embargo, querido Papa Francisco, te saltaste a la torera las recomendaciones de los más cautelosos, no quisiste chaleco antibalas, te subiste en el Papa móvil sin blindar, para que todos te vieran mejor y te pusiste a hablarnos de paz y reconciliación.
Que con la paz todo se gana, mientras que con la guerra todo se pierde. Cosas sencillas pero que necesitábamos mucho volver a oírlas. 
Que la violencia no conduce nunca a la paz sino que genera más violencia
hasta crear un remolino de violencia que engulle inocentes y pecadores.
Recién llegado, arropado por una multitud entregada y 2.800 scouts que ponían orden, pasaste por el mismo lugar en la avenida Combatant en el que, hace poco menos de un mes, 4 representantes de un grupo radical que venían a Bangui a negociar fueron linchados con palos y machetes.
Tocaste a los niños desplazados, que han perdido casa, familia, escuela, niños noqueados por la violencia, niños heridos por las balas, niños de casas quemadas que miran el horizonte sin ver ya nada más porque les habían robado su inocencia, de tantas maldades de las que han sido testigos.
Hijos del miedo, hijos del hambre, niños musulmanes y no musulmanes en dos campos de desplazados distintos, sin hacer diferencias, niños de mirada perdida a quienes les han saqueado el alma en Bangui. 
Te paseaste entre ellos, con los zapatones negros que trajiste desde Argentina... Gracias porque te pusiste en su lugar y denunciaste sin paliativos que muchos de aquellos niños y jóvenes habían sido utilizados por criminales como carne de cañón y esclavas sexuales.

¡Entraste el mezquita de Koudoukou sin miedo a las balas! El Imán Layama Kobina no estaba allí porque se la tienen jurada incluso muchos de los suyos, pero la habían pintado y aderezado sólo para ti Papa Francisco, porque decían que era un gran honor que pisaras sus esteras con tus pies desnudos y les hablaras de paz. 5 minutos quisiste rezar donde suele predicar el Imán, sin decir nada, en silencioso recogimiento.
Sólo después les saludaste con una gran sonrisa. No sé si los violentos te escucharán, pero sé que aquellos que te escucharon quedaron sobrecogidos. 
Lo mismo cuando hablaste en la escuela de Teología protestante. Lo mismo cuando, rompiendo el protocolo (horror para tu gendarmería, la Minusca y para todo tu séquito) y te acercaste a la escuela musulmana para escuchar los lamentos de mujeres que lloran con lágrimas de dolor, del mismo color por cierto que las lágrimas de las madres no musulmanas que viste el día anterior.
Un Papa en Bangui sin chaleco antibalas cuando dos días antes los kalasnikof no dejaron de tronar durante toda la tarde, allí mismito, a dos tiros de piedra de la Nunciatura, por la avenida Boganda abajo, en el P.K. 5 en donde hasta por respirar te juegas la vida.
Tuviste un recuerdo (te lo habíamos dicho los Obispos cuando comimos contigo el domingo en la Nunciatura) para los combonianos de la parroquia de Fátima, que no pudieron verte por no abandonar los 500 desplazados sentenciados a muerte si salían de la verja de la misión. 
¡Dijiste que te hubiera gustado ir a Fátima, insuflar ánimos allí! 
No pudo ser, por motivos de seguridad.
Gracias por recordarme durante la comida solo con los Obispos (yo estaba sentado enfrente de su Santidad, comiendo pescadito del río Oubangui con habichuelillas verdes), que San Ambrosio decía que el nombre de Dios es misericordia y que donde hay misericordia, allí está Dios.
Estuviste "sembrao" Papa Francisco cuando sugeriste entre líneas que los que mueven los hilos para que nada funcione en Centroáfrica, curiosamente, no viven en Centroáfrica, y que nadie tiene que huir de Centroáfrica por ello, porque tuviste valor de decirlo todo sin pelos en la lengua, hablaste con arrojo a los jóvenes de Centroáfrica, confesaste a algunos y te paseaste en medio de los pobres como cuando te llamaban Padre Jorge por los arrabales de Buenos Aires.

Gracias porque nos has dado valor y esperanza, porque no te callaste, porque miraste a la cara a los pobres, porque abriste la Puerta Santa de la Misericordia enseñándonos un carril prioritario, diferente del del resto de la Iglesia, para ir más rápido hacia Sus Manos, experimentar su amor, y nos pediste que lo repartiéramos después, en forma de gestos de reconciliación.
Nos enseñaste un camino, nos mostraste cómo salir de hoyo, del laberinto en el que estamos... Cuando, después de la foto ritual en la Nunciatura, te cogiste a mi brazo para subir los escalones, sentí tu fuerza, no tanto física, sino sobre todo humana y espiritual.Bromeamos contigo en la comida con los Obispos cuando te enseñamos dos palabras en sango: ndoyé y siriri.
Las repetiste a los jóvenes de la vigilia de oración 3 horas después: "Empapad vuestra vida de amor y paz"

La multitud del estadio de 20.000 plazas te sobrecogió, se te vio en la cara, porque rugían de amor y respeto cuando les dijiste de "pasar a la otra orilla" es decir pasar página y empezar de nuevo en la sociedad centroafricana. 
Cuando 25 almas gritaron a una el ema popular cristiano, sonreíste de oreja a oreja. 
Cuando me diste un regalo, (una custodia) me dijiste en español que rezara por ti y me guiñaste un ojo...
Luego, querido Papa Francisco, subiste al avión sobre las 12'30h de esta mañana, el segundo día de tu visita a Bangui, sin haber ni siquiera comido aún, con tu séquito de monseñores y periodistas, y nos quedamos mirándote y mirándonos, huérfanos ya de de ti, como embobados despertando de un sueño, oyendo en sordina el ruido del Boeing de Alitalia que te trajo hasta nosotros y que te llevaba de vuelta a Roma, porque mientras has estado, las armas se han callado unas horas, por respeto a ti.
¡Ojalá que te quedaras para siempre! Te fuiste a tu quehacer en Roma y en el mundo, a tu vatileaks, a bregar con asuntos de corrupción y a tu Santa Marta querida. 
Y nosotros, sin paz ni pan, a nuestra lucha por estar junto a los pobres por decirles que mañana será mejor, que después de la tempestad viene la calma.
¡Mi gente de Bangassou han recogido en unos botecitos tierra en donde tu pisaste! 
Dicen que está bendecida por tu huella. 
La llevarán a Bangassou como testigos de lo que han vivido en Bangui, de la inmensa esperanza que has sembrado en sus corazones porque por una vez en sus vidas, demonios negros armados de violencia se trocaron en un ángel blanco vestido de Papa Francisco. 
Que tus palabras de perdón y de paz, a fuerza de repetirlas, se nos metan en la piel, en el vientre y en el corazón.
Y gracias corazón a Dios Padre que nos ha permitido que nadie nos agüe la fiesta, que ningún retorcido nos estropee el encuentro, que ningún descerebrado haga daño a nadie.
Y gracias sobre todo a Dios Padre que ha querido regalarnos dos día de ensueño, teñidos de paz porque incluso aquellos dos jóvenes que raptaron en Fátima ayer por la mañana para degollarlos, (RD publicó la noticia, pero 5 horas más parte fue desmentida por los mismos padres de Fátima y las familias de los dos jóvenes), los devolvieron sanos y salvos, (¿por milagro de quién?) al final de la tarde, vivitos y coleando, después de haber tenido la muerte rozándoles las gargantas.

Fr. Tomas Del Valle-Reyes
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