Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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jueves, 2 de agosto de 2007

EL CRIMEN OCULTO


Vivir en Nueva York es estar dispuesto a escuchar las atrocidades y barbaridades más grandes y quedar indiferente. Es tal la acumulación de hechos, sensaciones, tragedias, ilusiones, vidas y muertes que suceden cada día que, para sobrevivir física y mentalmente no se puede hacer otra cosa que volverse cínico e indiferente
Hace unos días los medios de comunicación nos trajeron la noticia de un crimen perpetrado en Queens. La narración sonaba trágica y morbosa en detalles. Un hombre maniatado, estrangulado y con los genitales salvajemente arrancados. Una de las cosas extrañas de este crimen fue que “alguien” llamó al servicio de emergencia de la policía avisando que cierta persona se estaba desangrando. Cuando las autoridades llegaron a la escena, se encontraron el macabro espectáculo de un sádico crimen. Pronto se pudo dar con la persona presunta autora de dicho crimen. No era otra que una profesional, empleada de los servicios de seguridad en el aeropuerto Kennedy. Ha terminado recluida en un hospital psiquiátrico de la ciudad. Lo más trágico es lo que ha salido a luz pública. La víctima del macabro asesinato no fue otra cosa que un cruel e inescrupuloso violador de su pequeña hijastra, la cual lo asesinó como venganza por tantas vejaciones violaciones y humillaciones que a lo largo de la vida sufrió.
Todo este sórdido y cruel relato nos ha puesto de actualidad un crimen mucho más abundante en nuestra sociedad de lo que nos imaginamos, el incesto, algo de lo que pocos se atreven a hablar y muchos preferimos callar. A veces la víctima ha sido seducida y obligada a prostituirse por un padrastro que no conoce lo que es la palabra respeto. A veces es el propio padre quien sin escrúpulos viola a su propia hija. “Antes que te goce otro te tengo que gozar yo” afirman cínicamente orgullosos.
Y en este crimen todos somos cómplices. Es cómplice la madre o el padre que, a sabiendas de lo que está ocurriendo a su alrededor, prefieren callar por comodidad económica, por vergüenza, por complicidad siendo tan criminales como la persona que realiza las violaciones.
Es cómplice en ocasiones el líder religioso de la comunidad, quien aún sabiendo lo que está ocurriendo, prefiere callar por evitar el escándalo o evitar el perder jugosos donativos que el criminal da para la Iglesia o para la Comunidad.
Es cómplice la sociedad que crea modelos de relajación y relativismo donde todo está permitido. Hay que darle gusto a los sentidos sin freno alguno. Todo nos lleva a ello. No importa si es un niño, una niña, un ser nacido de nuestras entrañas. Yo gozo y lo demás no me importa. Es relativo eso de que sea criminal. La misma biblia nos pone ejemplo el ejemplo de Lot y hay que imitar la Biblia. Todo es relativo. Y todo está hecho para gozar.
Mientras tanto, nuestros niños sufren y son heridos con heridas que nunca se sanan.
Nuestros niños nos avisan con su comportamiento cuando algo anda mal. Cuando pierden la sonrisa, cuando sus ojos están tristes, cuando nos rehúyen, cuando quieren estar solos y lloran sin cesar. No dejemos que el crimen siga presente entre nosotros. ¿Acaso preferimos que sean esos niños-víctimas los que se tomen la venganza por sus manos? No los dejemos indefensos en manos de tanto criminal suelto.

2 comentarios:

ASC dijo...

Muy interesante articulo, padre Tomás, y muy verídico. Ojalá sirbiera para despertar a tantos padres que a pesar de estar viviendo en pleno siglo 21, callan crimenes como estos para evitar el "Que dirán", sin tomar en cuenta que al hacerlo, están marcando de por vida, la vida de sus hijos. El recuerdo de una violación, aun ésta haya sido fallida, deja marcas imborrables en la vida de un niño. Esto, sin mencionar el resentimiento acumulado a traves de los años, no solo contra el agresor, sino contra los que se suponen deben velar por el bienestar del menor. Para sanar una herida hay que aplicar medicamento. Con ocultar la herida tras un pedazo de gaza, para evitar exponerla a otros, no se conseguirá evitar una infección ni se conseguirá la cicatrización correcta. Es muy importante que los padres entiendan que no se debe amordazar a los niños. Hay que establecer un vínculo de comunicación con ellos. Prestar atención a todo lo que nos dicen y creerles cuando nos señalan un adulto responsable de lastimarlos. Aun ésto signifique la posible identificación de un miembro de la familia. No existe nadie mas honesto que un niño. Yo soy victima de un intento de violación a manos de un miembro de la familia. Casi 40 años después el dolor y el resentimiento contra mas de uno sigue vivo en mi. Esto marcó no solo mi niñez sino mi vida de adulta. Me hizo convertirme en un ser desconfiado de casi toda la humanidad. Crecí sintiendome desprotegida y eso me hizo adoptar una actitud hostil ante los demas y vivir a la defensiva. Lo unico bueno que me sucedió como resultado es que me hizo ser una madre sobre protectora.
Es muy doloroso ver como cada día salen a relucir mas y mas casos de atropellos contra la niñez. ¿A donde va a llegar la humanidad, padre?
Mis felicitaciones nuevamente por su articulo.
Siempre con el mismo cariño
ASC...

Padre Tomas Del Valle-Reyes dijo...

From: Alma Soledad
Subject: Re: EL CRIMEN OCULTO
no supe/pude enviarlo de otra manera
Date: 08/04/2007 08:33 AM
To: mensajes@descubriendoelsiglo21.com
Text:
Muy interesante articulo, padre Tomás, y muy verídico. Ojalá sirbiera como despertador a tantos padres que a pesar de estar viviendo en pleno siglo 21, callan crimenes como estos para evitar el "Que dirán", sin tomar en cuenta que al hacerlo, están marcando de por vida, la vida de sus hijos. El recuerdo de una violación, aun ésta haya sido fallida, deja marcas imborrables en la vida de un niño. Esto, sin mencionar el resentimiento acumulado a traves de los años, no solo contra el agresor, sino contra los que se suponen deben velar por el bienestar del menor. Para sanar una herida hay que aplicar medicamento. Con ocultar la herida tras un pedazo de gaza, para evitar exponerla a otros, no se conseguirá evitar una infección ni se conseguirá la cicatrización correcta. Es muy importante que los padres entiendan que no se debe amordazar a los niños. Hay que establecer un vínculo de comunicación con ellos. Prestar atención a todo lo que nos dicen y creerles cuando nos señalan un adulto responsable de lastimarlos. Aun ésto signifique la posible identificación de un miembro de la familia. No existe nadie mas honesto que un niño. Yo soy victima de un intento de violación a manos de un miembro de la familia. Casi 40 años después el dolor y el resentimiento contra mas de uno sigue vivo en mi. Esto marcó no solo mi niñez sino mi vida de adulta. Me hizo convertirme en un ser desconfiado de casi toda la humanidad. Crecí sintiendome desprotegida y eso me hizo adoptar una actitud hostil ante los demas y vivir a la defensiva. Lo unico bueno que me sucedió como resultado es que me hizo ser una madre sobre protectora.
Es muy doloroso ver como cada día salen a relucir mas y mas casos de atropellos contra la niñez. ¿A donde va a llegar la humanidad, padre?
Mis felicitaciones nuevamente por su articulo.
Siempre con el mismo cariño
Alma Cordero.