Octubre 13, 2013
El mes de octubre cada año nos recuerda el llamado Descubrimiento, o Encuentro, o Desencuentro de Dos Mundos: el europeo y el americano. De ese encuentro surgió un concepto: la Hispanidad, el cual nos presenta una forma de mirar la vida, la que nace del intento de crear una civilización nueva, distinta de la europea, sin miedo a la mezclas y los híbridos, viendo en lo encontrado, sea hombre o mujer, seres libres dueños de su historia y de sus terrenos.
La civilización europea se veía y sentía caduca.
Se anhelaban unas formas nuevas de vida, de cristiandad, de civilización. Y desde el primer momento se intentó crear otra civilización, otra cultura.
Para poder entender esto basta leer las obras que circulaban en las Universidades a finales del siglo XV y comienzos del XVI.
Desde La Ciudad del Sol de Tomás de Campanella, al Amadís de Gaula, en el fondo se buscaba el sueño de una nueva civilización.
Cuando emigramos, ¿no estamos nosotros buscando lo mismo?
Pero mientras en nuestros esfuerzos actuales nos avergonzamos de nuestras raíces y creemos que lo extraño es lo mejor, nos olvidamos de que nosotros fuimos primeros. En educación, en Iglesia, en gobierno. A las pruebas podemos remitirnos.
En 1493 se introduce la caña de azúcar en el continente. 1511 ve el nacimiento de la primera diócesis en América, la de San Juan de Puerto Rico.
En 1512 se construyen en Santo Domingo el primer hospital y la primera catedral del continente.
En 1531 se da una aparición espiritual a un sencillo indio, Juan Diego, dando comienzo a la devoción de la Virgen de Guadalupe.
En 1565 tiene lugar la primera fiesta de Acción de Gracias en los Estados Unidos Continentales, antes que los Peregrinos del Mayflower llegaran. En 1699 se publica el primer libro en lengua española en los Estados Unidos continentales: La Fe del Christiano.
En 1769 establece Junípero Serra la primera misión en California.
En 1840 Francisco García Diego y Moreno se convierte en el primer obispo católico de California.
En 1848 José Sadoc Alemany es el primer obispo católico bajo jurisdicción de los Estados Unidos en el estado de California, quien será nombrado el primer Arzobispo de la diócesis de San Francisco, la cual abarcaba todo el Estado, en 1853.
No pretendemos revisar la historia viendo hechos y fechas.
Podríamos caer en la tentación de mirar un pasado glorioso desde un hoy lleno de lamentos y olvidarnos de un futuro esperanzador.
El mes de Octubre marca también el aniversario de la llegada del Cristianismo a nuestro continente y nos hace preguntarnos sobre las realidades y los retos a los que nos enfrentamos.
Cinco siglos después un latinoamericano dirige la Iglesia.
Debemos estar conscientes de que la comunidad hispana en USA es una comunidad joven, con todo lo que ello implica.
Comunidad que se enfrenta precisamente a la transmisión de su identidad cultural.
Nos vemos acorralados por sentimientos xenófobos y antihispanos. Sentimientos que nacen del miedo y de la ignorancia.
Al fin y al cabo nosotros estábamos aquí primero en muchos de los Estados de la Unión y hemos aportado y construido mucho.
Pero es mucho más lo que nos queda por hacer.
Estamos comenzando un nuevo milenio..
Tenemos el futuro en nuestras manos. Sembrémoslo de esperanzas.
Con papeles o sin ellos. No hay que “achicopalarse”
Columna del Padre Tomás
En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.
Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.
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