

Habría que echar una larga mirada al pasado siglo XX. Cabría aquí recordar aquello de "aquellos polvos, estos lodos" Todo el siglo estuvo marcado por grandes ideologías y sistemas político-económicos. Desde el comunismo hasta el capitalismo pasando por el nazismo, el fascismo, el nacionalsocialismo y el nacionalsindicalismo, sin excluir los nacionalismos y los movimientos independentistas, colonialistas, militaristas y pacifistas. Todo comenzó a resquebrajarse a partir de la década de los setenta. Concluyó la Guerra de Viet Nam, con la derrota y humillación de la maquinaria militar americana.

El desmantelamiento de estos sistemas político-económicos se pudo llevar a cabo gracias al liderazgo de ciertas personas que, en las dos últimas décadas del siglo XX dirigieron la Humanidad. Mijail Gorvachov y Boris Yelsin por el lado ruso y Margareth Tatcher, Ronald Reagan y Karol Woijtila por el lado occidental, dirigieron los cambios de una humanidad que cada día estaba más unificada, sensibilizada y globalizada. Las nuevas tecnologías, la energía barata, los mercados emergentes, llevaron a una utopía y a un modelo único: el capitalismo rampante y salvaje.
No duró mucho ese modelo de sociedad nacido con la caída del Muro y de la Unión Soviética. El 11 de septiembre de 2001 la sociedad humana entró en una nueva etapa. Los símbolos del poder económico-las Torres Gemelas- y del poder militar- el Pentágono- fueron salvajemente destruidos. La Globalización se convirtió en una lucha salvaje por la supervivencia de un modelo de vida, de economía, de ser y estar en el mundo que estaba preparado para unos pocos.

En las últimas décadas del siglo XX se contaba con unos líderes políticos, religiosos, culturales que pudieron dirigir a la Humanidad. Pero ahora, ¿con quién contamos? En los Estados Unidos nos preparamos a elegir esos líderes que puedan ilusionar y dirigir no sólo a su país sino a la Humanidad entera. Tenemos cuatro candidatos: un hijo de emigrante africano que se ha olvidado de que es producto de una emigración; un viejo zorro de la política de Washington experto en asuntos internacionales; un viejo soldado reciclado en político que aún mantiene las secuelas de su cautiverio en Viet Nam en su cuerpo y la herencia militarista de su familia en su conciencia. Una joven y oscura periodista de deportes en una canal de televisión aspirante a miss Alaska. Entre estos cuatro debemos elegir quien nos lleve al futuro. Tan solo puedo añadir aquello de "que Dios nos coja confesaos….."
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