Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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miércoles, 18 de enero de 2017

DIALOGO RELIGIOSO

P Tomás del Valle

Los últimos ocho mil años la historia de los seres humanos se ha desarrollado entre conflictos. 
Las grandes civilizaciones han surgido de una guerra y han concluido con otra. 
Los ingredientes de estas guerras siempre han sido los mismos: búsqueda de fuentes de alimentación, alianzas, pactos, poder, grandezas, imposiciones de maneras de pensar y de vivir.
Si analizamos las guerras de los últimos dos mil años tenemos un ingrediente más: la religión. 
Si afirmamos que detrás de todo hombre grande hay una mujer, no creo que nos equivoquemos si afirmamos que, detrás de cada gran guerra, hay una tradición religiosa.
En estos momentos estamos viviendo y sufriendo la Tercera Guerra Mundial. 
Para disimularla y que no cunda el pánico la hemos disfrazado diciendo que se trata de la Guerra contra el Terrorismo, la Guerra contra los enemigos de la Libertad, la Guerra contra Al Qaeda, la Guerra contra el Ejército Islámico.
En realidad es una guerra entre dos modelos de sociedad, tradición y convivencia, la tradición judeocristiana versus la tradición musulmana.

Hace una decena de años se reunieron en Nápoles representantes de las principales religiones del planeta para analizar la violencia en el mundo actual, violencia auspiciada precisamente por estas visiones religiosas .Su primera afirmación es contundente:
" Podemos decir con más fuerza que ayer que quien usa el nombre de Dios para odiar al otro, para cometer actos de violencia, para hacer la guerra, blasfema contra el nombre de Dios… "
La violencia es la oscura compañera cotidiana de demasiados hombres y mujeres de nuestro planeta…" En palabras del Papa emérito Benedicto XVI y refrendadas en varias ocasiones por su sucesor el Papa Francisco, : «No se puede justificar nunca el mal y la violencia invocando el nombre de Dios..

En la citada Asamblea de Religiones llevada a cabo en la sureña ciudad italiana se llegó a la conclusión de que la solución a los conflictos pasa por algo de lo cual nos llenamos la boca pero nunca practicamos con honestidad: el diálogo. ”
Entrando en lo profundo de nuestras tradiciones religiosas, hemos redescubierto cómo, sin diálogo, no hay esperanza, y uno queda condenado al miedo al otro.
El diálogo no anula las diferencias. 
El diálogo enriquece la vida y deshace el pesimismo que lleva a ver en el otro una amenaza. 
El diálogo no es la ilusión de los débiles, sino la sabiduría de los fuertes que saben confiar en la fuerza débil de la oración: la oración cambia el mundo y el destino de la humanidad.
El diálogo no debilita la identidad de nadie, sino que mueve a cada uno a ver lo mejor del otro. 
Nada se pierde con el diálogo, todo es posible con el diálogo. "

En un mundo globalizado nos hemos dejado gobernar por instituciones que no gobiernan, como las Naciones Unidas. 
Nos hemos dejado dirigir por instituciones que no educan para la libertad, como las Escuelas Tradicionales.
Nos hemos dejado entretener por unos medios de comunicación que nos han intoxicado. 
Nos hemos inventado armas de destrucción masiva cuando lo que masivamente hemos destruido ha sido nuestros valores de convivencia y respeto
En definitiva, nos han engañado miserablemente.
Nos toca ahora construir el nuevo milenio con unos nuevos valores y confianzas. 
Los líderes religiosos nos indican que con diálogo, respeto, confianza y oración. 
Pero si no hay un deseo sincero de paz y de diálogo seguirá siendo cierto aquello de que detrás de toda gran religión hay una gran guerra.
Ojalá que, en el año recién comenzado nos eduquemos y preparemos para el diálogo sincero, abierto y respetuoso. 
Que olvidemos el viejo aforisma romano Si vis pacem, para bellum.” (Si quieres la paz, prepárate para la guerra).

Descubriendo el Siglo 21
Discovering 21century
Fr Tomás Del Valle-Reyes
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miércoles, 4 de enero de 2017

IDENTIDAD DE UN PUEBLO: LA FIESTA DE REYES EN PUERTO RICO


Rev. P. Tomás Del valle-Reyes
A la hora de definir el concepto de pueblo podemos acudir a infinidad de autores y de hechos. 
Pero cuando deseamos identificar a cualquiera de los pueblos hispanos que componen la amalgama de la sociedad americana, debemos, sin duda, recurrir a dos elementos que, las más de las veces, son los aglutinantes primordiales: el concepto de Religión y el concepto de Fiesta.
El caso del pueblo de Puerto Rico ofrece una serie de peculiaridades las cuales no están presentes en otros grupos hispanos. 
La identidad puertorriqueña se fue forjando a lo largo de casi cuatro siglos, de manera que, a la llegada de los Estados Unidos a la Isla de Borinquen, ya había una columna vertebral sólida, la cual, aún cuando se intentó quebrar para construir otra, no se logró.

Al ocurrir el cambio de soberanía en la Isla, una de las consecuencias va a ser también la entrada de las diversas confesiones cristianas no católicas, las cuales tenían vedado el proselitismo bajo el gobierno de Madrid. 
El campesino puertorriqueño- el Jíbaro- va a realizar un proceso de introspección y va a manifestar su rechazo ante esta invasión con una serie de hechos, los cuales, aún hoy en día, perviven en el alma colectiva puertorriqueña. 
Por ejemplo, ante el intento de imponer la fiesta de Santa Claus como el dador de regalos en la época navideña, herencia, luterana y calvinista, el puertorriqueño va a darles importancia a los Tres Santos Reyes, adaptándoles incluso a su medio ambiente. 
Las representaciones en formas de santos de palo nos los hacen ver montados en caballos, en vez del conocido camello.

En palabras de nuestro amigo y profesor, el Dr., Ricardo Alegría, "los Tres Reyes Magos tienen un culto muy popular en Puerto Rico; su representación artística en estampas o estatuillas constituye uno de los elementos más constantes de los altares domésticos de nuestros campesinos y la celebración de su fiesta se prolonga más allá de la octava y la "octavilla" prácticamente hasta el día de la Candelaria"
Incluso en el hablar popular se llegó a acuñar una palabra que, hasta donde tenemos conocimiento, es única de Puerto Rico, el verbo "Reyar" indicando con ella la celebración de los Reyes de Oriente, como nos indica el Dr.Marcelino Canino.
El folklore y la literatura puertorriqueños están llenos de canciones y devociones a los Tres Santos Reyes. 
En los Gozos Devocionales del pueblo puertorriqueño el Dr. Canino recoge uno de ellos en el cual se narra la historia de los Reyes en versos octosílabos, propios para el canto y la memoria. 
Virgilio Dávila tiene una elegía de Reyes, aquella que comienza Ahora es igual que los otros/el que fue nuestro gran día/! Ay! Madre melancolía / que ya no somos nosotros.
Recuerdo conversando en cierta ocasión con un viejo jíbaro en Aibonito quien afirmaba que una de las identidades del puertorriqueño era ser católico y hablar español. 
La pervivencia de esta fiesta nos lo corrobora .

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