Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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miércoles, 30 de julio de 2014

SENTADOS A LA PUERTA

Agosto 1, 2014
El viejo refrán árabe dice: “Siéntate a la puerta de tu casa a ver pasar el cadáver de tu enemigo” Eso es un poco lo que está ocurriendo en Gaza, la franja de terreno entre Egipto e Israel donde se está llevando a cabo un duro enfrentamiento - ¿y van cuántos?- entre Israel y el movimiento Hamás.
Era cuestión de tiempo que esto ocurriera.
La Franja de Gaza formó parte del Mandato Británico de Palestina entre 1917 a 1948. La primera guerra árabe-israelí concluyó con un Armisticio y, entre sus resoluciones, se indicaba que la zona pasaría a ser parte de Egipto.
En 1967 fue ocupada por Israel.
Después de muchas vicisitudes, el Parlamento Israelí en 2005 decidió retirarse de la Franja y que esta pasara a formar parte de la Autoridad Palestina.
En enero de 2006 el movimiento islamista radical Hamás ganó las elecciones al Parlamento Palestino.

En junio de 2007, tras violentas luchas internas entre el movimiento Al Fatah, y los militantes de Hamás, la totalidad del territorio cayó bajo control de este último grupo.
Desde el momento en que Hamás comenzó a gobernar la Franja, se cerraron todas las posibilidades de paz y entendimiento. Este movimiento, considerado terrorista por la comunidad internacional, contaba con apoyo de Irán, Siria, Herbolá o los Hermanos Musulmanes.
Tenían montada una infraestructura poderosa y una población rehén.
Se dedicaron a hostigar a Israel desde la Franja.
Esos hostigamientos llevaron a varias operaciones e incursiones militares por parte israelí en la zona.
En junio de este año tres jóvenes israelíes fueron secuestrados y aparecieron sus cadáveres a las pocas semanas.

¿Consecuencias? Primero unas manifestaciones en Jerusalén que acabaron con la vida de un joven palestino nacido en Estados Unidos.
Después, sangre sudor y lágrimas para ambos pueblos, el israelí y el palestino.
Al margen de que la lucha sigue, ahora es diferente. Ya los estados y grupos que apoyaban a Hamás no están dispuestos a dar cobertura ni un cheque en blanco.
Siria está viviendo una guerra civil que no permite a Herbolá e Irán repartir fuerzas. Egipto no olvida que Hamás es una sucursal de los Hermanos Musulmanes, los cuales fueron expulsados del gobierno después de haber dejado al país poco menos que en la ruina y el caos.
En ocasiones como la que estamos viviendo la memoria se vuelve como la mecha de las bombas, corta.
Olvidamos que algunos de nuestros países en décadas pasadas sufrieron el terrorismo. ¿Qué pasó en Perú con Sendero Luminoso y el Movimiento Tupac Amaru? ¿Y en Uruguay con los Tupamaros? ¿O en El Salvador con el Frente Farabundo Martí? ¿O en Colombia con las FAR? ¿O en Argentina con los Montoneros?
Y en Europa, ¿con el IRA irlandés, la Eta en España, las Brigadas Rojas en Italia o la Baader Mainhoff en Alemania? Movimientos salvadores de la Patria que empaparon sus países con la sangre inocente de sus ciudadanos.
El pueblo de Israel ya está harto de cohetes, terrorismos y sabotajes. ¿Cómo esperaban muchos que respondiera? ¿Con declaraciones? ¿Cómo respondieron los países que sufrieron el terrorismo en su pueblo?
La única solución al terrorismo pasa por el diálogo, respeto mutuo y deseo de paz.
Hay que ser más audaces y valientes para sentarse a una mesa a negociar que para apretar gatillos, lanzar cohetes y matar inocentes.
Tertuliasiglo21@aol.com

jueves, 17 de julio de 2014

SE BUSCA UN HOMBRE

Julio 18, 2014
            El siglo XX es, probablemente, el más complejo de la historia de Occidente.
Para algunos historiadores  dio comienzo  el 28 de junio de 1914 con el asesinato de los herederos del Imperio Austro Húngaro en la ciudad de Sarajevo. 

Un mes después estalló la Gran Guerra.
El mundo desde entonces dejó de ser el mismo. 
Cayeron Imperios y surgieron movimientos  de independencia y libertad.
            La India, un país multicultural y multisecular, al amparo de los grandes cambios producidos en Europa, buscó  su independencia.
En esta búsqueda y lucha surgió un líder que no creía en armas, en violencias, en disputas inútiles.
Abogado brillante y experimentado, se dio cuenta que la violencia lo único que había traído a Europa era más violencia, odio y división. Y como profeta de la No-violencia consiguió lo imposible: la independencia de la India.
            El siglo XVII fue para los holandeses uno de descubrimientos y asentamientos. En 1626 compraron la Isla de Manhattan y en 1652 se establecieron en Ciudad del Cabo, la ciudad más alejada del continente africano. Este puerto sería el encargado de controlar los pasos de Europa hacia la India. Fueron varios los europeos que a lo largo de la historia se fueron estableciendo en esta zona. 
Todos ellos, de una forma u otra, marginaban  a los africanos. 
Finalizada la II Guerra,  en 1948 el Partido Nacional Afrikáner  ganó las elecciones. 
Al poco estableció el sistema del Apartheid, un periodo de casi 50 años de racismo institucionalizado y de supresión de no blancos, durante el cual  se prohibió el Congreso Nacional Africano  y sus líderes, incluido Nelson Mandela, fueron desterrados a una prisión.  
En 1994 se legalizó el Congreso Nacional Africano, se liberó a Mandela y a sus compañeros y las elecciones legislativas dieron nacimiento a la nueva Sudáfrica.
            India y Sudáfrica son dos naciones multiculturales, donde existe una convivencia y respeto entre las principales religiones, donde se mira el futuro, a pesar de las dificultades, con esperanza.
Sus padres fueron Mahatma Gandhi y Nelson Mandela.
            Ante lo que está ocurriendo entre Israel y la ciudad de Gaza, entre Israel y la Autoridad Palestina una de las preguntas que la comunidad internacional debe hacerse: ¿dónde están los Mandela y Gandhi judíos y palestinos? 
El gobierno israelí se siente secuestrado por partidos de extrema derecha ultranacionalista y religiosa, refugio algunos de ellos de rusos y ucranianos llegados a Israel después del desmoronamiento de la Unión Soviética. 
El diálogo y los acuerdos de paz son difíciles por no decir imposibles.
El pueblo palestino es un mosaico de partidos y grupos enemistados entre sí. Destaca entre ellos Hamas, rama de los Hermanos Musulmanes en Gaza, la franja egipcia de terreno anexionada por  Israel después de la Guerra de los Seis Días en 1967 y que Egipto se negó a recibir de vuelta en los Acuerdos de Paz firmados con el gobierno de Anuar el Sadat.
Los palestinos buscan desesperadamente la paz. 
Están hartos de violencia. Quieren construir su país en paz.

Los israelíes buscan la misma paz, la misma armonía con la que han convivido por largos años con palestinos.
Quieren vivir en paz y convivencia con sus vecinos. 
Para hacer realidad el sueño de ambos sobran los fanáticos de ambos lados y se necesita un Gandhi o un Mandela. 
Y se necesita rápido. Demasiada sangre se ha derramado ya.