Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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miércoles, 26 de enero de 2011

EL ÚLTIMO QUE CIERRE LA PUERTA

Enero 25, 2011 Columna extra:
Creo recordar que fue Rubén Darío quien afirmara aquello de que los únicos que se mueren en el mismo sitio que nacen son los árboles.
Y, a la verdad, cuando echamos una mirada somera a la historia de la Humanidad vemos que ha sido una de eternos movimientos, tanto personales como de masas.
El movimiento de personas ha solido girar en torno a dos realidades, la religiosa y la económica. A veces también la política ha jugado su papel, con lo cual podríamos entremezclarlas.
Desde el iraquí de Ur de Caldea, conocido en la tradición semita con el nombre de Abrahán, hasta el reciente procesador de pescado en las factorías de Alaska, religión economía y emigración han formado un coctel a veces explosivo, a veces grandioso, las más triste y desgraciado.
Muestra un desarraigo y un dolor.
El continente americano en los últimos quinientos veintitantos años ha sido uno que se ha convertido en receptor y acaparador de emigrantes.
Los europeos vieron el mar abierto para poder completar sus ansias de libertad religiosa, su bienestar económico, su construcción de unos mundos utópicos.
La búsqueda de la eterna juventud y de la nueva tierra prometida llenó sus vidas.
Puerto Rico no fue una excepción. Antes de la llegada de los europeos los caribes y taínos habían hecho morada en la Isla. Los europeos comenzaron a poblar la Isla en el siglo XVI.
Los africanos no tardaron en llegar. Total, para el siglo XIX ya teníamos tres de los cuatro pisos de cuales está formado el pueblo puertorriqueño.
Los índices de natalidad se dispararon en la Isla en el XIX y comenzaron las emigraciones, los exilios, los viajes sin retorno los cuales no han terminado.
En el siglo pasado la Isla vivió diversos momentos de exilio/emigración.
Se necesitaba mano de obra barata para llenar las factorías del país ya que los jóvenes americanos en edad de trabajar estaban luchando en los frentes de Europa y el Pacífico.
Las décadas del cuarenta y del cincuenta vaciaron pueblos de Puerto Rico y llenaron factorías y Proyectos de Vivienda en Estados Unidos.
Fue “La carreta” que llevaba su carga semanal de trabajadores boricuas al Norte. La década de los sesenta y setenta trajo una estabilidad en la emigración puertorriqueña hacia el Norte.
Se consolidaron los planes educativos y el nivel de vida en la Isla aumentó y se colocó entre los más altos de América Latina. Ya no era necesaria tanta emigración.
Los puestos de los boricuas fueron ocupados por dominicanos, ecuatorianos, mexicanos, peruanos, colombianos… La economía americana necesitaba mano de obra barata para mantener sus niveles. A eso se unió la inestabilidad política en varios países y Estados Unidos era la tierra de la libertad y de las oportunidades.
Y lentamente empezaron a abrirse rutas de llegada. Inseguridades políticas y económicas. Violencia de diverso género y el deseo innato del ser humano de ser feliz y vivir tranquilo.
Los últimos diez años han sido de grandes cambios en la sociedad norteamericana .  
Ha crecido el sentimiento antiinmigrante y se vive ante el pánico del terrorismo.
Ello ha provocado varias reacciones. Una de ellas que ciertos emigrantes, sobre todo trabajadores del campo, que venían por períodos cortos de tiempo, al ver los problemas y dificultades para el libre tránsito, han decidido establecerse definitivamente en el país. Han empezado a formar familias.
Han invadido el país no por la frontera sino por las salas de partos de los hospitales y centros de salud.
Este fenómeno tiene histéricos a los grupos supremacistas blancos, a todos aquellos que piensan que todo emigrante es un terrorista, un muerto de hambre, un traficante de drogas, un violador de sus mujeres, un tipo que mancha sus calles, que hace ruido y, que encima, es católico en su mayoría.
 Mientras tanto los inmigrantes hispanos se van ubicando por los sitios más insospechados y con planes de quedarse aquí… hasta que los echen.
Y eso se va a tardar.
¿Y qué pasa con los puertorriqueños? La nueva emigración puertorriqueña a los Estados Unidos hay que verla en una doble perspectiva.
Es enriquecedora y peligrosa.
Ya no son “los más blancos de la raza negra” como se les conocía.
Son los abogados, médicos, maestros, ingenieros que están calladamente ocupando sus puestos en la sociedad americana.
Enriquecedora porque está emigrando toda una clase media, profesional en su inmensa mayoría.
Con unos niveles de educación que supera en muchos estados la media nacional.
Las inversiones que las diversas administraciones puertorriqueñas han hecho en educación han dado como consecuencia que los niveles educativos y de alfabetización han producido una gran cantidad de profesionales.
A eso se añade que al ser el puertorriqueño ciudadano americano, no tiene los problemas de la “migra” y la ilegalidad en los trabajos.
Hay que pagarles lo estipulado por la ley para los ciudadanos americanos.
Son diestros en inglés o lo aprenden rápido.
Tan solo la emigración cubana en la década de los sesenta pudo superar a los puertorriqueños en este sentido educativo y de integración.
Es peligrosa esta emigración porque está dejando la Isla sin su clase media preparada.
La gran riqueza de un país, en términos sociales, económicos y políticos la compone su clase media.
Y esa está dejando la Isla.
Se corre el peligro de que la Isla se convierta en un gran asilo de ancianos, dependiendo su población de ayudas gubernamentales y sin grandes horizontes.
La alargada sombra del mantengo se cierne de nuevo sobre la Isla.
Puede convertirse también la Isla en un trampolín de indeseados traficantes y terroristas.
Mejor que el último no se olvide de cerrar la puerta.
Tertuliasiglo21@aol.com

sábado, 15 de enero de 2011

UNA SOCIEDAD ENFERMA

Enero 16, 2011
En estos momentos todos sabemos de la tragedia acaecida en Tucson el sábado 8 de enero.
Un joven se plantó en medio de un pequeño mitin y, sin mediar palabras, empezó a tiros de forma indiscriminada. Son varios los muertos. Los heridos lo somos los 308 millones de habitantes de Estados Unidos.
La sociedad norteamericana siempre se ha distinguido por ser acogedora, mezcla de todas las culturas y razas del planeta. Donde se hablan más de trescientas sesenta y cinco lenguas y donde se rinde culto a Dios en millares de religiones.
Siempre sus fronteras han estado abiertas para todo luchador por la libertad y los derechos humanos. La sangre de nuestros jóvenes ha empapado los campos europeos las junglas vietnamitas y las arenas del desierto luchando por la libertad de otros seres humanos con los cuales tan solo se tenía en común la lucha por construir un mundo libre y digno.
De repente, nos hemos vuelto intransigentes. No aceptamos que alguien hable en otro idioma que no sea inglés. No queremos a nadie que rece distinto de como yo lo hago. No aceptamos a nadie que se vista de otra forma que no sea la mía. No aceptamos al que no sea blanco, rubio y con los ojos azules.
No nos gustan comidas que no estén saturadas de grasas y colesterol. No bebemos sino refrescos que contaminan nuestras tripas y embrutecen nuestros cerebros. No somos capaces de leer un libro de más de 4 páginas o un periódico escrito para lectores cuyo grado de lectura no sobrepasa el 6to grado de escuela elemental. Nuestra conversación habitual la hacemos con los dedos: tecleamos en cuanto instrumento electrónico se ha inventado: teléfonos, computadoras, consolas.
Hemos inventado una nueva forma de hablar: texteamos, chateamos, nos comunicamos en línea. Lo digitalizamos todo, lo descargamos por el mail. La plaza pública de nuestra sociedad lo son las páginas sociales donde vomitamos todos nuestros odios y nuestras fobias. Y a todo aquel que no aceptamos le ponemos la misma etiqueta: es un terrorista. Es como una palabra mágica para definir lo que no queremos.
Cuando nos encontramos con hechos como los del 8 de enero nos preguntamos cínicamente el por qué. Enseguida buscamos el perfil psicológico del pistolero. Y el mejor sitio para encontrarlo es en sus páginas sociales. Por supuesto echamos la culpa a la facilidad de obtención de armas de fuego (el 40% de la población americana posee alguna)
Los Padres Fundadores de esta República siempre tuvieron muy claro que luchaban por crear un país donde se respetasen las creencias, se viviera libre y se construyera la paz. Había cabida para toda creencia. Y siempre, tanto ellos como los presidentes que han dirigido los destinos de la República, han recalcado dicha responsabilidad colectiva. Son famosas las palabras de JFK en el discurso inaugural de su
Presidencia: “Ciudadano, no le preguntes al país qué puede hacer por ti. Pregúntate qué puedes hacer tú por el país” Contrastan con las de la ex candidata republicana a la vicepresidencia en las elecciones de 2008, quien acaba de afirmar: “Los actos monstruosos de criminalidad se valen por sí mismos. Ellos empiezan y acaban con los criminales que los cometen... La responsabilidad no es colectiva por parte de todos los ciudadanos de un estado, de aquellos que escuchan tertulias radiofónicas, o de los mapas de los distritos cambiantes que utilizan los dos bandos"
Cuando hemos permitido que la sociedad haya perdido sus valores y metas originales, todos tenemos las manos manchadas, todos somos responsables. Nuestra sociedad está enferma.
Tertuliasiglo21@aol.com

miércoles, 12 de enero de 2011

Viaje a China

Viaje Tierra Santa & Chipre

lunes, 3 de enero de 2011

LA DECADA PRODIGIOSA



Enero 2, 2011
Cuando el pasado 31 de diciembre los relojes marcaron las doce de la noche, concluía no sólo un año, sino también una década, la primera de este tercer milenio en la historia de occidente. Nos ha dejado recuerdos y experiencias agridulces. No podemos tomarle prestadas las palabras al poeta cuando afirmaba que todo tiempo pasado fue mejor. Trajo luces y sombras, alegrías y esperanzas.
Uno de los grandes aportes al conocimiento de los seres vivientes lo fue la publicación en el año 2000 del mapa del genoma humano. Gracias a ello las ciencias de la salud tienen un poco más claro de qué y cómo está hecha la naturaleza viviente en el planeta.
 La naturaleza ha sabido pasar su factura y nos ha hecho sentir sus rugidos. Los tsunamis del 2004 junto con los terremotos de Haití y Chile y la devastación del Katrina nos vinieron a recordar que la Madre Tierra sigue estando viva y que, cual gigante dormido, de vez en cuando nos lo recuerda.
Para muchos es sin duda una década marcada por el terror, la guerra y la violencia. Septiembre 11 del 2001 quedará señalado para siempre como el día que cayeron los símbolos del poder económico y militar. La fecha en que dejamos de ser simples, sencillos, y comenzamos a recelar, a juzgar, a matar con más facilidad y menos motivos. Los ataques terroristas de esa fecha, y los trenes destripados tres años después en Madrid, nos abrieron la caja del odio, del recelo, de la discriminación, de la venganza, de la incomprensión y de la muerte. El mundo no ha vuelto a ser el mismo desde aquellas fatídicas fechas. Afganistán e Irak son engendros de esos odios.
Esta década ha visto la desaparición de grandes personajes. El más importante de todos ellos, Juan Pablo II. Hasta el último momento de su existencia no hizo más que gritarnos las mismas palabras que pronunció el día que nos anunciaron su nombramiento: “No tengan miedo” Fue el gran líder respetado por todos, que nos condujo en turbulentas aguas y dificultades, a los umbrales del Nuevo Milenio y ayudó a la caída del Comunismo, cooperando no solo con el derribo del Muro de Berlín y el Telón de Acero, sino, sobre todo, con el derribo de prejuicios, la incomprensión y el odio de media Humanidad contra la otra media. Supo utilizar el gran escenario global brindado por los medios de comunicación para invitarnos a la esperanza y a la solidaridad. Fue sin duda el último líder global. Vio aparecer esta década dos nuevos líderes. Anciano, pero sabio y audaz, uno de ellos, Benedicto XVI. Le ha tocado dirigir la Iglesia en uno de los momentos probablemente más difíciles de su larga y milenaria historia. Cada día nos sorprende con su sabiduría, su conocimiento y su profunda fe y apertura al diálogo con las diversas creencias y filosofías.
El otro líder, aceptado por unos y contestado por otros, lo es el actual presidente de los Estados Unidos. Barack Hussein Obama el primer presidente de origen africano. Suscitó muchas esperanzas y suspicacias. A mitad de su mandato ha sembrado muchas dudas y decepciones. La historia será la que la que juzgue su actuar. Es, a no dudarlo, el hombre que ha personificado la pluralidad cultural y racial de los Estados Unidos, del mundo libre.
La vieja Europa ha dado un paso más en esta década en la consecución de su sueño, volver a revivir el Gran Imperio Romano. Quince siglos después siguen las cenizas calientes. El intento de formar una Unión Europea no es otra cosa que volver a las viejas glorias. La moneda única, el euro, no es más que un intento de poder imperial. La caída de todo el sistema financiero mundial, nacido después de la Gran Depresión ha sido un golpe muy fuerte para estos sueños imperiales y reconstructores de un Imperio reciclado. No todo se resuelve con la economía y la moneda única.
Esta década ha visto igualmente nacer poderes e imperios emergentes. China, el viejo Imperio del Dragón Dormido empieza a rugir e imponer sus criterios y poderes. India con su pluralidad cultural y religiosa invita al diálogo y la reflexión. Brasil, con su inconmensurable naturaleza, se presenta como el pulmón de las Américas y el modelo de nuevo desarrollo.
Las nuevas tecnologías nos han hecho el mundo no solo más pequeño, sino menos privado. Hemos parido la Aldea Global. Facebook, Twitter, Hi5, Plaxo, Sonico Ipod, Ipad, , Google, Wikipedia, Wikileads, Internet de alta velocidad, Iphones, notebook son los nombres de moda y las tecnologías que han cambiado nuestras vidas.
Hemos visto crecer la emigración, la discriminación, el odio, la fraternidad, la solidaridad, la alegría de construir un mundo mejor del recibido de los mayores. Pero todo esto último es herencia de décadas pasadas.
Comenzamos una nueva década. La podemos construir con el odio del 11 de septiembre o la alegría del mundo sin fronteras de facebook, twitter y las nuevas tecnologías. De nosotros depende. Nuestro límite es el infinito.
Tertuliasiglo21@aol.com