Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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sábado, 25 de mayo de 2013

LA ECONOMIA, ESTUPIDO, LA ECONOMIA

Columna Mayo 26, 2012
En la historia de la humanidad hemos tenido una serie de líderes que, en un determinado momento, pronunciaron frases que se han hecho inmortales. Desde el “Veni,vidi,vici” (llegué, vi, vencí) de Julio Cesar al “Sangre, sudor y lágrimas” de Winston Churchill. En la campaña electoral entre George H Bush y Bill Clinton se hizo famosa la frase de este último: “La economía, estúpido, la economía”
Los Estados Unidos de América, desde sus comienzos, ha sido un país forjado y habitado por emigrantes. Motivos políticos, religiosos y económicos entre otros, llenaron el país de gentes llegadas de cualquier lugar del planeta.

Habían vivido la pobreza en sus entrañas, las dictaduras en sus vidas, el dolor del hambre en sus familias.
Y comenzaron la búsqueda de una nueva vida, una nueva oportunidad. Esta nación los acogió.
Con su esfuerzo la hicieron grande. Se sintieron parte de ella.
Pero los tiempos cambian. Los que vinieron hace decenas de décadas se olvidaron de dónde y por qué vinieron a los Estados Unidos. Se creó una sociedad del bienestar. Se acomodaron a vivir bien.
El hambre, la miseria, las dictaduras, las persecuciones han seguido presentes en muchos países. Ello ha obligado a muchos seres humanos a buscar nuevas oportunidades, nuevos horizontes. La emigración es la aparente solución para muchos de estos problemas. Y, obviamente, el país del Norte es la meta para muchos. La llegada de emigrantes fue recibida en un primer momento con alivio. Llegaba mano de obra barata para limpiar, recoger cosechas, acarrear basuras, llenar factorías con obreros con salarios por debajo de lo legal y justo.
Ironías de la vida, en el país hecho de emigrantes llegados de todo el orbe, los emigrantes son un problema: no sabemos quiénes y cuántos son, les etiquetamos como alborotadores, vagos, pretenden cambiar las esencias del espíritu americano,
Los presidentes han tratado de legalizar estos seres humanos trabajadores, luchadores, constructores del país. Carter hizo un intento. Reagan dio una amnistía. Los demás, promesas, promesas y más promesas.

En el Senado se acaba de aprobar una Ley de Emigración larga y compleja. Ahora le toca su andadura de enmiendas, correcciones, añadidos, medias verdades y mentiras, y con suerte, dentro de dos años tendremos una ley, o algo que se le parezca.
Y eso porque se acercan las elecciones de congresistas y senadores.
Cada familia emigrante indocumentada consta al menos de 3 miembros, lo cual significa que, al legalizarse tienen acceso a los beneficios sociales, como cupones de alimentos, servicios médicos, alquileres de casas subsidiados y un largo etcétera. Si se dice que hay 12 millones de indocumentados, ello arroja una cifra de 36 millones de personas extra que podrían vivir de los servicios sociales. ¿Hay dinero para ello?
Al contratar un indocumentado los dueños de negocios y factorías establecen los salarios a sus conveniencias. No importa lo que indiquen las leyes federales.
Los obreros no van a protestar por la cuenta que les tiene. ¿Estarán dispuestos los empleadores a cumplir las leyes del salario justo con emigrantes legales?
La Reforma Emigratoria pasa en definitiva por el bolsillo, por la economía. Vamos a tener emigrantes documentados, pero también más factorías en Viet Nam, Bangladesh, Tailandia… No veremos muchas factorías en China. Su estúpida economía es más fuerte que la nuestra.
Respetemos los emigrantes, no juguemos con su dignidad. Luchemos con y por ellos.
Tertuliasiglo21@aol.com

jueves, 9 de mayo de 2013

A MI QUÉ ME IMPORTA

Columna Mayo 12, 2013
Cuando los nazis vinieron por los comunistas / me quedé callado; / yo no era comunista. / Cuando encerraron a los socialdemócratas / permanecí en silencio; / yo no era socialdemócrata. / Cuando llegaron por los sindicalistas / no dije nada; / yo no era sindicalista. / Cuando vinieron por los judíos / No pronuncié palabra; / yo no era judío. / Cuando vinieron por mí / no quedaba nadie para decir algo.
Aún no se ponen de acuerdo los historiadores si el autor de estas palabras lo es Bertold Brecht o el pastor luterano alemán Martin Niemöller. Da igual el autor. Las palabras reflejan perfectamente lo que estamos viviendo en nuestra sociedad tecnificada, globalizada y reducida a una aldea. No nos importan gran cosa las personas. Lo más nos conmocionamos por unas horas o días cuando escuchamos ciertas noticias.

En fechas recientes los centros de poder de Washington, y con ellos toda la sociedad, se sintieron avergonzados cuando se supo que, en el pasado año, 26,000 miembros de las fuerzas armadas fueron acosados y violados sexualmente, esto es, un promedio de 71 diarios.
Nuestros mejores hombres y mujeres que, generosamente entregan sus vidas por la defensa de las libertades y la democracia, deben defenderse de sus propios compañeros y superiores. Los testimonios de víctimas que se han conocido avergüenzan a cualquiera. Pero como no somos miembros de las fuerzas armadas…

En los Estados Unidos se producen 30,000 suicidios anuales, de los cuales hay un promedio de 80 diarios, entre los cuales 20 son veteranos de las fuerzas armadas. Los niveles más altos de personas que se quitan la vida se dan entre los nativos de Alaska. Los menores entre los hispanos. Quizás por eso no nos preocupamos de esta enfermedad social. No va con nosotros.
Durante diez años un hispano tuvo retenidas en su casa a tres mujeres, dos adolescentes y una adulta en el momento del secuestro. Las vejó, violó y degradó a niveles inimaginables. Una de ellas tuvo que dar a luz en una piscina hinchable dentro de la casa en la navidad de 2006.

Otra quedó embarazada al menos cinco veces y fue obligada a abortar otras tantas a base de golpes. Ahora que conocemos la historia nos horrorizamos, y la seguimos por los medios de comunicación por unos días. En pocas semanas otros horrores ocuparán su lugar. No nos preocupamos mucho, no son de nuestra familia esas niñas/mujeres destrozadas para siempre. Es difícil de entender cómo los vecinos no se dieran cuenta de lo que ocurría. Según relatos, el operador del 911 que recibió el primer llamado de auxilio trató a la víctima de mala manera.

Tratamos con indiferencia, o desprecio, a las personas que viven cerca de nosotros. Sin embargo no tenemos reparo en cuidar nuestro perro, gato, pez, conejo, caballo o cualquier otro animal de compañía que no sea humano. Mientras tiramos y abandonamos a nuestros ancianos, enfermos de Alzheimer, dementes, en manos de las instituciones estatales, no tenemos reparo en esclavizarnos con una mascota. Vamos por la calle detrás de nuestros perros recogiendo sus excrementos. Nos gastamos algo más de 55 billones de dólares anualmente en sus mantenimientos.
A nuestras madres, un día al año, un ramo de flores, con suerte una visita con comida incluida. A nuestros padres, con una llamada de teléfono basta.

Tertuliasiglo21@aol.com