Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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viernes, 25 de febrero de 2011

CONTINUANDO LA REVOLUCIÓN DEL TECLADO

Febrero 27, 2011
El refranero nos recuerda aquello de que la primavera la sangre altera.
Si echamos una mirada a la historia vemos que las grandes revoluciones y cambios sociales se han llevado a cabo entre primavera y otoño. Abril nos trajo la Revolución del 65 en Sto Domingo y la de los Claveles en Portugal. Mayo del 68 fue el gran tsunami que arrasó desde Francia a toda la sociedad europea. Más lejos quedan el levantamiento francés en julio de 1789 y la caída del mundo de los zares rusos en octubre de 1917.
El frío no se ha llevado muy bien con las grandes revoluciones. Parece que el siglo XXI viene distinto. Marzo del 2003 nos trajo la segunda guerra del Golfo. El mes de febrero de 2011 nos ha traído la última revolución. La de los teclados.
El escenario de esta nueva revolución lo ubicamos en el noroeste de África y ciertas zonas del Golfo Pérsico. El modelo similar al de revoluciones anteriores.
Pueblo disconforme por la pobreza, la explotación de las riquezas naturales en beneficio de unos pocos, la corrupción rampante y casi total, un liderazgo mediocre, cruel, ladrón, corrupto, incompetente, ignorante.
Unas corporaciones extrañas al país dispuestas a lo que sea con tal de obtener lo que desean.
El primer presidente republicano de este país, el número 16 del total, afirmaba aquello de que se puede engañar a una persona todo el tiempo, a unos pocos un poco de tiempo, pero no a todos todo el tiempo. Y, ni más ni menos eso es lo que ha ocurrido tanto en Túnez como en Egipto y Libia. El pueblo se hartó de tanta explotación, poca vergüenza, robos y crímenes.
Egipto siempre ha desempeñado un papel protagónico en la zona. Se dice que no puede haber guerra sin el consentimiento de Egipto ni paz sin la firma de Siria. Ha sido cuna de cultura y civilización.
Sus modelos políticos influenciaron toda la zona. Y su presidente, heredero de una especie de dinastía militar se tuvo que ir expulsado por una comunidad harta de arbitrariedades, desprecios y pobreza.
La población egipcia ha dado hasta el momento un ejemplo de civilidad y valentía. Sin prácticamente tirar un tiro le dijeron al viejo militar que se fuera.
Ahora les toca construir su nueva sociedad con el apoyo de las fuerzas vivas del país. La religión tiene un papel protagónico grande. El Islam sunita, dialogante y respetuoso, junto con el cristianismo copto tienen el gran reto.
Y le tocó el turno a Libia. En septiembre de 1969 un grupo de jóvenes militares capitaneados por Muamar al Gadafi acabaron con la monarquía creada por ingleses franceses y compañías petroleras.
Era un país que, en menos de una década, había pasado de ser un desierto de nómadas y camellos a ser el país de mayor renta de África y el décimo productor de petróleo. Se le permitieron al líder Gadafi todas sus excentricidades, sus locuras y su inmiscuirse en la política mundial.

Dieron refugio a terroristas y planificaron masacres como la del avión de Pan Am. Nadie le cuestionó. El petróleo barato y abundante era más importante.
¿Seguirá Libia el ejemplo de Egipto? Demasiada sangre ha empapado su tierra. Es hora de que corruptos, mediocres y ladrones dejen a los libios construir su futuro en paz.

Tertuliasiglo21@aol.com

martes, 15 de febrero de 2011

Presentacion 01

viernes, 11 de febrero de 2011

LA REVOLUCION DE LOS TECLADOS

Febrero 13, 2011
Desde la lejana Revolución Francesa a todo movimiento de masas se ha dado en identificarlo con un nombre que indica su finalidad o sus protagonistas.
Tuvimos la Revolución Industrial que trastocó el mundo del trabajo; la Revolución Rusa que acabó con un régimen feudal y empapó de sangre sudor y lágrimas medio mundo; la Revolución Sexual en los Estados Unidos que rompió con casi todos los tabúes y trastocó las relaciones hombre-mujer; la Revolución Cultural China, cuyo fracaso ha sido evidente, la Revolución de los Claveles que acabó con el cuasi milenario imperio portugués….
 En estos momentos estamos viviendo la última Revolución, la primera surgida en el siglo XXI. La podríamos llamar la Revolución del Teclado (keyboard) ese conjunto de teclas adheridas a computadoras y teléfonos portátiles que nos permiten escribir y enviar mensajes cuyo límite es el infinito.
El milenario Imperio Egipcio ha caído finalmente gracias precisamente a los mensajes originados desde un teclado en la ciudad de Alejandría y enviados a todo el mundo a través de las diversas redes sociales como Facebook, Twiter y un largo etcétera.
Acabaron con un modelo de sociedad surgido a la caída del último rey egipcio, el excéntrico Farouk I.
Los militares Muhamad Naguib, Gamal Abder Nasser, Anwar el-Sadat y Hosni Mubarak, quienes formaban el grupo de los “Oficiales Libres” fueron sucediéndose en el poder.
Desde 1952 han estado controlando Egipto. Se fueron asentando sólidamente gracias a Tratados y Alianzas no siempre bien vistas por las potencias occidentales.
Mientras tanto, el pueblo egipcio vio disminuir sus derechos aún cuando se elevó un poco su nivel de vida.
El acabar con el vecino Israel fue un justificante para armarse y envolverse en campañas nacionalistas y pan arabistas que, a la larga, no llegaron a nada sino a estrepitosas derrotas. Anwar el-Sadat, más pragmático que su carismático antecesor, llegó a firmar el primer Tratado de Paz con los israelíes.
Como resultado de esa paz empezaron a llegar millones y ayudas que no siempre fueron al pueblo común y corriente. Se creó una fantasía.
Un país grande, con una población en la cual apenas el 51% sabe leer y escribir. Que recibe miles de millones de dólares anualmente en ayuda militar por parte de Estados Unidos.
Son los guardianes de la seguridad en el Medio Oriente.
Gran parte del petróleo que alimenta la economía mundial se produce en la zona.
Se necesita seguridad para el suministro.
Egipto la brinda. Mientras tanto, la sociedad civil no ve su futuro en paz y prosperidad.
Hay toda una generación de jóvenes que se han confrontado con la dureza de no poder vivir dignamente, no poder educar, no poder gozar legítimamente de las riquezas de su país.
No ven futuro para sus hijos. Y han empuñado el arma menos convencional de todas pero más mortífera: un simple teclado de computadora y un teléfono celular.
Gracias a ello se han enterado de lo que pasaba. Se han movilizado.
Se han unido para pedir y gritar libertad. Basta ya.
Son los nuevos “Oficiales Libres” ¿El futuro? No se sabe, pero al menos ya son libres de una dictadura que empezó hace 59 años.
Demasiado tiempo. “Seamos consecuentes, pidamos lo imposible” gritaban los jóvenes del 68 francés.
Pidamos también lo imposible: la paz y el diálogo en Egipto, Túnez y el resto del mundo árabe.

Tertuliasiglo21@aol.com