Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

Seguidores

domingo, 26 de septiembre de 2010

VINE, VI, VENCI

Septiembre 26,2010

La historia del Imperio Romano está llena de héroes y villanos. Uno de ellos fue Julio César. Es célebre su frase al regresar de una de sus campañas militares: Veni, Vidi, Vici (Vine, vi, vencí) Como buen estratega supo analizar la situación y aplicar medidas rápidas y convincentes, dando de esa manera la impresión de que sabía lo que se traía entre manos.

Así fue el reciente viaje de Benedicto XVI al Reino Unido. Fue. Vio, Venció. Dicha visita fue diseñada como un paseo por un campo minado. Los grandes gurús del pensamiento liberal, al igual que ciertos sectores del anglicanismo y del catolicismo, levantaron sus barricadas contra este intelectual con cara de niño asustado y cansado pero de mirada astuta enigmática e inteligente. Querían ponerlo contra las cuerdas. Nada más fácil para ello que sacar los temas de la pederastia, el acceso al sacerdocio por parte de las mujeres, el celibato de los clérigos, los contraceptivos, la represión intelectual, el pasado nazi del joven Ratzinger.

Juan Pablo II resultaba molesto por su liderazgo en una sociedad alérgica a cualquier imposición. En el caso de Benedicto XVI, la cuestión es muy diferente: molesta porque es un hombre que piensa, que medita, que reflexiona y, para colmo, lo hace desde unos modelos que, en general, estamos echando a la basura porque, a su vez, nos remitirían a nosotros mismos, es decir, a esa zona de nuestra vida donde nos encontramos con el misterioso sentido de nuestra existencia.

Centró sus discursos en dos cuestiones precisas en estos momentos en que falta alguien que piense tan a fondo que nos cuestione las medias verdades donde nos movemos y anuncie horizontes no tanto dogmáticos sino más bien interrogantes..

En primer lugar, planteó la relación siempre inquietante entre democracia y ética, es decir, entre "medidas políticas" tomadas por los representantes del pueblo y sus "fundamentos ideológicos" en cuanto supone que sostienen tales medidas. Un marco político ausente de referentes éticos es algo que acaba por conducir al caos acomodaticio. Europa lo sabe muy bien, toda vez que, desde los años cincuenta decidió subirse al carro del "TENER " en detrimento de su ancestral "SER", el que le permitió fundar un estilo de vida ahora en bancarrota.

Y en segundo lugar, y casi como consecuencia de lo anterior, pone en cuestión el elemento dominante en nuestra sociedad: el Relativismo, según el cual mandan las circunstancias porque precisamente no existen ideas permanentes y dominantes, esto es lo que antes hemos llamado ideología, capacidad de pensar, y tal vez y como resultado, algún tipo de canon ético susceptible de orientar nuestras vidas. Benedicto golpea con enorme capacidad dialéctica tal relativización existencial. Y es que cuando existen normas morales, el relativismo desaparece, sin que tal afirmación signifique en modo alguno dogmatismo ni fundamentalismo. Se trata, sin más, de no ser víctimas de cada instante y de cada situación.

Concluyendo, Benedicto XVI molesta como Papa y como Persona. Nos molesta alguien que se presenta como alguien que razona en la sociedad de lo frívolo y superficial. Estar de acuerdo o no estarlo es otra cuestión. Pero solucionar el asunto con ironías, cinismos y juegos pseudo intelectuales es una gravísima falta de seriedad que acabará por conducirnos a la mentira histórica. De ella, precisamente, nacen comunismos, fascismos, totalitarismos.

Fue. Vio. Venció.

Tertuliasiglo21@aol.com

jueves, 9 de septiembre de 2010

QUE SOLOS SE QUEDAN LOS MUERTOS

Domingo Sept. 12, 2010


Dicen los que saben que el paso entre el mono y el hombre, fue cuando empezaron a enterrar a los muertos. A lo largo de la Historia se han desarrollado civilizaciones y culturas en las cuales la muerte y su más allá tuvieron una gran importancia. Basta simplemente recordar las enigmáticas pirámides egipcias o los extraños soldados de terracota en Xian. La vida era un paso hacia la muerte la cual nos abría hacia una nueva vida.

Así ha sido hasta los comienzos del siglo XXI de la era actual. Hace ahora 9 años vimos en vivo y en directo el intento de acabar con un modelo de vida y civilización. Se tumbaron los símbolos del poder económico, político y militar. Un montón de muertos, cuyo número exacto nunca sabremos. Unos amasijos de escombros y ruinas que tardamos varios años en retirar completamente. Unos recuerdos que pasaron de las lágrimas al odio. De la resignación a la manipulación. Del olvido a la polémica. Todos los años alrededor de estas fechas montamos un espectáculo para recordar, decir que sentimos lo que pasó y aumentar nuestra reserva de odio y de incomprensión.

Tanto las antiguas pirámides egipcias como el cementerio de los soldados de terracota eran lugares de silencio, luto y recuerdo. Al cabo de los siglos los hemos convertido en lugares turísticos, rodeados de tiendas, comedores y servicios para turistas. La zona donde se encontraban las Torres Gemelas se ha convertido igualmente en una atracción turística. Lo que ocurrió allí no importa tanto como el espectáculo. Y todos los años el ritual sigue aumentando su parte folclórica para entretenimiento de muchos. Cuanto personaje importante visita la ciudad tiene una cita obligada en la Zona Cero. Es parte de las atracciones que hay que visitar.

A los nueve años de la tragedia ya el espectáculo y la polémica salen de la Zona. Primero un gran revuelo debido al intento de levantar un Centro Islámico, con mezquita incluida, en las cercanías. Se invoca el recuerdo de los muertos y de la tragedia. La falta de sensibilidad. El insulto a las creencias y un largo etcétera. Se deja en el olvido la política de tolerancia y respeto hacia toda creencia que siempre ha habido en el país.

El número especial para este año, para el aniversario noveno, no es otro que culpar a todo el mundo musulmán de dicha tragedia y para ello, quemar públicamente el Libro Sagrado de la Fe Mahometana, el Corán. No importan los muertos. No importan las familias heridas para siempre. No importa que la vida de los que vivimos en la ciudad se nos haya cambiado para siempre. Lo que importa es el show, el demostrar que somos superiores, el mostrar igualmente una ignorancia terrible sobre lo que es el Islam.

Lo que el Pastor Evangélico de la Florida pretende insultando al Islam y al sentimiento de millones de creyentes en todo el mundo es el sentir de un sector de la sociedad norteamericana, la cual ignora todo sobre lo que es respeto hacia otras creencias, en especial hacia el Islam. Mientras tanto, los muertos del once de septiembre nadie se va a acordar de ellos. Se quedan solos entre el polvo, las lágrimas y el recuerdo sincero de sus seres queridos.

Tertuliasiglo21@aol.com