Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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viernes, 14 de diciembre de 2007

Fiesta de los Tres Santos Reyes

P. Tomás Del Valle Reyes


Esta época de fiestas que estamos celebrando se mueve entre dos acontecimientos importantes en la vida de los cristianos. Uno es la conmemoración y actualización del nacimiento de Jesús en un pequeño pueblo de la Judea. Es la Navidad. El otro es la celebración de la llamada Fiesta de los Reyes Magos, la Epifanía o Manifestación. En esta última recordamos la ofrenda de dones y de respeto por parte de unos extraños individuos que, atraídos por una serie de signos, se acercaron ante la cuna de Jesús en Belén. Es la Fiesta de los Tres Santos Reyes, también llamados magos.
Los relatos del Evangelio en torno a estos individuos y a esta festividad son escasos y sobrios. Tan sólo el Evangelio de San Mateo nos habla de estos personajes, de los cuales afirma que eran unos sabios de Oriente, quienes se presentaron en Jerusalén preguntando acerca del Rey de los Judíos, cuya estrella habían visto y deseaban ofrecerle su respeto y sus regalos. La sorpresa causada entre los habitantes de la ciudad capital fue grande al ver tal caravana y con tal finalidad: rendir vasallaje al recién nacido Rey de los Judíos. De todos es conocido el interés, las intrigas, los recelos desarrollados por Herodes el Grande y sus secuaces. La presentación en el Palacio, la búsqueda del niño y, finalmente, la vuelta a sus países de origen, dan excusa a Herodes, una vez descubierto el engaño, a desatar una terrible matanza en Belén y alrededores, cosa por otro lado bastante frecuente en la intrigante vida del monarca idumeo.
La forma sobria y escueta con que Mateo nos presenta la presencia de estos personajes nos plantea una serie de preguntas que, a lo largo de la historia, se han intentado resolver, acudiendo la mayoría de las veces a la fantasía.
¿Cuántos eran? El relato de San Mateo no nos indica el número. Por el tipo de ofrendas que le hacen- oro, incienso y mirra- se ha llegado a la conclusión de que eran tres. Sus nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar. Tales nombres aparecen por primera vez en documento escrito a principios del siglo VI de nuestra era en una obra, de autor anónimo, llamada Excerpta Latina Barbari. Posteriormente, Beda el Venerable, una de las figuras más importantes en la historia del cristianismo en Inglaterra, y también una de la más destacadas de la incipiente Edad Media, en su obra Comentarios acerca del Evangelio de San Mateo, expresa la idea de que estos tres personajes representaban a los tres continentes conocidos hasta el momento. Llega incluso a la afirmación de que son descendientes de Sem, Cam y Jafeth, los tres hijos del personaje bíblico Noé, el del diluvio.
En las tradiciones de origen oriental estos personajes reciben otros nombres. En el llamado Libro de Adam, evangelio apócrifo de origen etíope, los nombres son: Hor, rey de los persas; Basanater, rey de Saba y, finalmente, Karsudan, rey del Este. En las tradiciones sirias y armenias el número de los Reyes se sitúa en doce.
El lugar de procedencia es igualmente un misterio. Podemos deducir, en base al sobrio relato evangélico, que procedían de Oriente, y su lugar de origen estaba en la Península Arábiga, lugar donde floreció una cultura de gran riqueza, tanto material como intelectual, y que apenas es conocida entre nosotros.
Finalmente, la pregunta en torno a la naturaleza de estos personajes siempre ha llevado un poco a la confusión. La palabra mago no denota necesariamente rey, sino experto en cuestiones de astronomía y astrología, con lo que podemos deducir que estos personajes eran más bien expertos en cuestiones esotéricas y astrológicas que gobernantes. Pensemos que hasta muy entrado el Renacimiento la Astrología era considerada como una ciencia exacta y digna del mayor respeto.
En nuestro mundo hispano esta festividad ocupa un lugar especial. Desde los primeros momentos de la llegada de la fe cristiana al continente americano se ha venido celebrando la Fiesta de los Tres Santos Reyes.

En memoria de aquellos presentes de Oro- símbolo de la realeza- Incienso- símbolo de la divinidad- y Mirra- de la Humanidad, se ha quedado entre nosotros ofrecer regalos en esta fecha.
Es la fiesta de los niños, del recuerdo del buen comportamiento, de tantas cosas que nos hacen volver a ser niños. Y al fin y al cabo, la Navidad es la fiesta de un Dios hecho Niño.
No nos olvidemos de poner nuestra hierbita en la noche antes del 6 de enero.

martes, 4 de diciembre de 2007

LOS CACHORROS DE BOLIVAR


En casi todas las aldeas todos los chismes se saben, todos los cuentos se dicen, todos los cuernos se conocen. Ya lo dice nuestro refrán, pueblo pequeño, campana grande. Viene esto a cuento a raíz del proceso llevado a cabo en la República Bolivariana de Venezuela el pasado 2 de diciembre. En dicha ocasión se preguntó al pueblo venezolano si deseaba unos cambios en el texto de la constitución del país. De las cerca de setenta enmiendas, algunas son realmente audaces y dignas de ponerse en práctica. Se pretendía legislar constitucionalmente para que los trabajadores venezolanos pudieran disponer de unos derechos que, poco a poco, iban a llevar a los habitantes del país a disfrutar finalmente de una bonanza económica como ellos se merecen. Pero entre tanto artículo y disposición había alguno que realmente preocupaba no solo al pueblo venezolano, sino a la entera comunidad internacional. No se puede coartar la libertad de expresión ni se puede permitir que un presidente se perpetúe en su mandato. El pueblo venezolano ha demostrado con la votación del dos de diciembre varias cosas muy importantes. Primera de todas que tiene memoria histórica. No se han olvidado de los años tristes de las dictaduras militares que asolaron su país en el siglo XX. Juan Vicente Gómez y los generales Eleazar López Contreras y el terrible Marcos Pérez Jiménez dejaron su huella indeleble en el subconsciente nacional. No más presidencias vitalicias que tan triste recuerdo dejaron. Y esa era precisamente una de las enmiendas constitucionales que se pretendía aprobar.

El pueblo venezolano eligió libre y democráticamente a su Presidente. Y merece que se le respete como representante de todos. El fue elegido para gobernar y dirigir lo más sabiamente posible a Venezuela. No fue elegido para ser árbitro y juez de los demás países latinoamericanos. El proyecto de un socialismo del siglo XXI que se desea imponer en Venezuela es un proyecto venezolano, y nada más. De la misma manera que a los venezolanos no les agrada que nadie se meta en la política de su patria, eso mismo desean los demás pueblos. El que se denomine desde el estrado de las Naciones Unidas al presidente de Estados Unidos como un demonio a exorcizar, es un insulto a todo el pueblo norteamericano que lo eligió. El que los mexicanos hayan depositado su confianza en un presidente, por escaso que haya sido el margen, merece respeto. No es válido insultar a un presidente y tacharle de ladrón cuando ha intentando volver a ocupar la alta magistratura del país, como ocurrió en Perú. El que un país hermano y vecino se vea aquejado por el cáncer del terrorismo y le sea difícil a sus autoridades el resolver los problemas que conllevan, no permite llamar embustero a su presidente, elegido por la mayoría de los colombianos.
Otra gran lección que nos ha dado el pueblo venezolano es que dispone de una juventud dispuesta a luchar por sus libertades. Han sido los estudiantes universitarios los motores del proceso que ha alterado la marcha hacia la reforma constitucional.
En la aldea global de nuestra América un pueblo hermano ha gritado que quiere expresarse con libertad, elegir sus gobernantes con libertad, vivir en libertad. Bolívar luchó por la libertad de nuestra América. Sus cachorros lo siguen haciendo.

jueves, 8 de noviembre de 2007

SIMPLEMENTE UN HOMBRE BUENO

Recuerdo de mis años de infancia a unos payasos y charlatanes ambulantes que, de vez en cuando, aparecían por nuestro barrio. A la luz de estrellas y lámparas de carburo nos contaban historias inverosímiles. Nos entreteníamos y olvidábamos un poco las miserias, carencias y hambres de la vida diaria. Eran un poco los que nos sacaban de la monotonía de una postguerra y de un futuro incierto.
Según he ido creciendo y he ido recorriendo los polvorientos caminos del mundo, me he dado cuenta que esos payasos, esos charlatanes, esos inventores de historias siguen existiendo. De niños nos juntábamos en la explanada del barrio para, extasiados, escuchar. Hoy nos sentamos en cualquier rincón de nuestra casa, en cualquier banco de la calle, en cualquier asiento del tren o del bus. Los periódicos, canales o emisoras de radio son los payasos y charlatanes que nos hacen soñar, volar, vivir fantasías. Nos hacen salir de nuestra monotonía, nos hacen olvidar la vida, muchas veces triste mediocre y solitaria, que trascurre a nuestro alrededor. Hablamos y discutimos de los muertos en Irak. De los huracanes del Caribe. De los juegos de pelota o de los campeonatos de futbol. Cualquier cosa sirve para olvidar la sordidez de cada día que nos rodea.

Hoy quiero olvidar todas esas historias que muchas veces contamos en los periódicos o narramos en la radio. Quiero hablar de un hombre bueno conocido en algunos de nuestros barrios. Ha vivido varias décadas en la ciudad de Nueva York. En silencio ha trabajado en nuestras comunidades. Desde Tompkin Square en el Lower East Side hasta el Alto Manhattan pasando por el Bronx. Educó en los valores humanos a generaciones de hispanos recién llegados a esta ciudad. Les enseñó a ahorrar creando pequeñas Cooperativas de Ahorro y Préstamo. Piqueteó e hizo vigilias para que muchos edificios no fueran destruidos y lograran rehabilitarse para nuestra gente. Les recordó que la vida es demasiado breve como para estar enojados unos con otros. Sostuvo muchas familias recordándonos que el núcleo de nuestra sociedad es precisamente la familia. Emigrante que sufrió en propia carne la discriminación. Hombre libre que vivió y enseñó libertad. Me estoy refiriendo al P Carlos López Acosta. Un sacerdote católico a quien hace unas semanas, en medio del vértigo de esta ciudad, le rompieron la cabeza, pero no le han matado sus ganas de vivir. De ocho a diez meses se necesitarán para que vuelva a ser el mismo. Y, conociendo lo cabezota y tozudo que siempre ha sido, no me cabe la menor duda que lo conseguirá. Aprendió a sobrevivir en las llanuras de su nativo Uruguay y eso le ha enseñado a sobrevivir en la selva de New York.

He querido traer a colación esta simple historia de nuestra ciudad por una sencilla razón. Quiero honrar y recordar no tan solo a un hombre bueno quien ha entregado su vida por nuestra comunidad, sino a tantos ciudadanos anónimos que, como Carlos, luchan calladamente en nuestras comunidades. Van haciendo posible que nuestro mundo sea cada día un poco mejor. Los ignoramos, a veces los discriminamos. Pero gracias a ellos vivimos un mundo mejor del que hemos recibido de nuestros mayores. Nuestra comunidad la hacemos grande o la destruimos nosotros mismos, Busquemos los Carlos que hay a nuestro alrededor.

miércoles, 24 de octubre de 2007

LAS RELIGIONES GUERRERAS

Los últimos ocho mil años la historia de los seres humanos se ha desarrollado entre conflictos. Las grandes civilizaciones han surgido de una guerra y han concluido con otra. Los ingredientes de estas guerras siempre han sido los mismos: búsqueda de fuentes de alimentación, alianzas, pactos, poder, grandezas, imposiciones de maneras de pensar y de vivir. Si analizamos las guerras de los últimos dos mil años tenemos un ingrediente más: la religión. Si afirmamos que detrás de todo hombre grande hay una mujer,

no creo que nos equivoquemos si afirmamos que, detrás de cada gran guerra, hay una religión.En estos momentos estamos viviendo y sufriendo la Tercera Guerra Mundial. Para disimularla y que no cunda el pánico la hemos disfrazado diciendo que se trata de la Guerra contra el Terrorismo, la Guerra con los enemigos de la Libertad, la Guerra contra Al Qaeda. En realidad es una guerra entre dos modelos de sociedad y de convivencia.
La llamada judeocristiana contra la musulmana.
En días pasados se han reunido en Nápoles representantes de las principales religiones del planeta para analizar la violencia en el mundo actual, violencia auspiciada precisamente por estas visiones religiosasSu primera afirmación es contundente:” podemos decir con más fuerza que ayer que quien usa el nombre de Dios para odiar al otro, para cometer actos de violencia, para hacer la guerra, blasfema contra el nombre de Dios… “La violencia es la oscura compañera cotidiana de demasiados hombres y mujeres de nuestro planeta…” Como nos dijo Benedicto XVI: «No se puede justificar nunca el mal y la violencia invocando el nombre de Dios..

Para esta Asamblea de Religiones la solución a los conflictos pasa por algo de lo cual nos llenamos la boca pero nunca practicamos con honestidad: el diálogo.”Entrando en lo profundo de nuestras tradiciones religiosas, hemos redescubierto cómo, sin diálogo, no hay esperanza, y uno queda condenado al miedo al otro. El diálogo no anula las diferencias. El diálogo enriquece la vida y deshace el pesimismo que lleva a ver en el otro una amenaza. El diálogo no es la ilusión de los débiles, sino la sabiduría de los fuertes que saben confiar en la fuerza débil de la oración: la oración cambia el mundo y el destino de la humanidad. El diálogo no debilita la identidad de nadie, sino que mueve a cada uno a ver lo mejor del otro. Nada se pierde con el diálogo, todo es posible con el diálogo. “

En un mundo globalizado nos hemos dejado gobernar por instituciones que no gobiernan, como las Naciones Unidas. Nos hemos dejado dirigir por instituciones que no educan para la libertad, como las Escuelas Tradicionales.
Nos hemos dejado entretener por unos medios de comunicación que nos han intoxicado. Nos hemos inventado armas de destrucción masiva cuando lo que masivamente hemos destruido ha sido nuestros valores de convivencia y respeto. En definitiva, nos han engañado miserablemente.

Nos toca ahora construir el nuevo milenio con unos nuevos valores y confianzas. Los líderes religiosos nos indican que con diálogo, respeto, confianza y oración. Pero si no hay un deseo sincero de paz y de diálogo seguirá siendo cierto aquello de que detrás de toda gran religión hay una gran guerra.
Los romanos afirmaban “Si quieres la paz, prepárate para la guerra” Mejor sería que nos preparemos para el diálogo

jueves, 11 de octubre de 2007

LA RELIGION EN LAS PRIMARIAS



El próximo año 2008, de acuerdo al mandato constitucional, se llevará a cabo la elección del presidente y vicepresidente de los Estados Unidos de América. Normalmente las campañas electorales suelen llevarse a cabo unos seis meses antes, dando comienzo con las primarias de New Hampshire. Se enfrentan candidatos, se discuten temas de interés nacional y la forma de resolverlos, se pone en funcionamiento una maquinaria publicitaria y de mercadeo para elegir a las personas que van a dirigir los destinos de este país.
Así había sido hasta ahora. Las próximas elecciones presidenciales han empezado un año antes de lo previsto. La campaña presidencial dio comienzo apenas concluyó el segundo año del segundo término del actual presidente. Los candidatos se han preocupado primero de acumular gran cantidad de dinero para poder sufragar la costosa campaña, la cual se presenta larga. Después, han entrado temas que apenas se discutían en elecciones anteriores y que hoy, por lo visto y escuchado, están tomando una importancia insospechada. Uno de ellos lo es el religioso el cual está siendo discutido con gran preocupación e intensidad. Se habla mucho de Religión y muy poco de lo que la Religión enseña.
Según las estadísticas, los católicos y los cristianos evangélicos decidieron el resultado de las dos últimas elecciones, de ahí que no sería descabellado el plantearnos la necesidad de definir lo que deseamos afirmar cuando decimos que buscamos un candidato con valores religiosos auténticos. Si nos comprometemos con los candidatos que citan la Biblia no podemos menos que exigir que cumplan lo que dicen.
Si “dar de comer al hambriento” es fundamental y evangélico, ¿elegiremos a candidatos que permiten que 35 millones de personas, de los cuales 12.4 millones son niños, pasen hambre en los Estados Unidos?
Si “vestir al desnudo” –que la gente viva con dignidad– es una obra de misericordia, ¿elegiremos a candidatos comprometidos a invertir en educación? Con la cantidad de dinero que hemos gastado en la guerra de Irak, más de 449 mil millones de dólares, podríamos haber dado 21 millones de becas a jóvenes cuyos padres tienen serios problemas económicos.
Si “visitar a los enfermos” es una obra de misericordia, ¿podríamos preguntar a los candidatos que buscan ser elegidos por qué de los 45 millones de personas que no tienen seguro médico, 21 millones son trabajadores a tiempo completo?
Si “visitar a los prisioneros” es una obra de misericordia, ¿qué van a hacer los candidatos con el sistema penitenciario.? Según Human Rights Watch “la mayoría de los presos tienen muy escasas oportunidades de trabajar, adquirir una formación profesional o de cualquier otro tipo, recibir tratamiento o terapia debido a la resistencia de los ciudadanos a aumentar los presupuestos de los programas de rehabilitación de prisiones”
Si somos creyentes, y tomamos en serio nuestras creencias, es hora de juzgar y elegir a los candidatos “por sus frutos” como recuerda la Biblia. En definitiva, la alimentación, la educación, la vivienda digna y los servicios de apoyo son precisamente los programas que eliminan el estrés de las familias. Quizás podríamos decir a los candidatos que no nos digan cuáles son sus creencias personales y el papel que la religión ocupa en sus vidas, sino que pongan en práctica lo que creen, o dicen que creen, en favor de la comunidad.

domingo, 30 de septiembre de 2007

LA REVOLUCION DE LOS BONZOS

El recién acabado siglo XX estuvo lleno de revoluciones, guerras y desastres. Se vivieron los momentos probablemente más sangrientos de la historia de la Humanidad. Desde la violenta revolución rusa a la revolución de los claveles en Portugal, desde revoluciones culturales a revoluciones sexuales.
Consecuencia de algunas de estas revoluciones fue el intentar sacar lo sagrado de la sociedad. Una sociedad moderna, globalizada, tecnificada, colocó al hombre, a un determinado modelo de hombre, en la cumbre de la perfección. Lo religioso se dejaba para el ámbito de lo estrictamente personal, sin influencia alguna. Para eso se hicieron revoluciones, para crear mundos nuevos.
Los últimos treinta y cinco años nos han demostrado que no todo ha sido así. Y hemos vivido tres intentos, tres revoluciones, desde lo sagrado que han hecho también cambiar el mundo.
La primera de ellas fue la protagonizada por un cardenal polaco, viejo luchador por la libertad de su pueblo y por la dignidad del ser humano. Había sobrevivido el horror de la II Guerra Mundial y se había enfrentado de forma muy inteligente a los intentos del partido comunista polaco, de corte marxista tradicional y fiel a Moscú, de construir una sociedad alejada de Dios, de la dignidad humana. Cuando fue elegido para dirigir la Iglesia Católica, extendió a niveles universales esta lucha. Fue el líder de una nueva sociedad basada en la supremacía de Dios, en la dignidad humana y en la libertad. Sus dotes de actor y hombre mediático le favorecieron profundamente.
La segunda, casi contemporánea, fue la protagonizada por un oscuro líder religioso musulmán de origen iraní. Exiliado en París, el ayatolá Ruhola Jomeini supo capitalizar todas las protestas y las angustias del pueblo persa contra el gobierno pro occidental del Sha de Persia . Su asalto al poder trajo una ola de integrismo religioso y un deseo de vuelta a las raíces de un Islam integrista muy lejano de la moderación predicada por el profeta. Se extendió profundamente en el complejo mundo musulmán. Ese integrismo ha llevado al nacimiento de los talibanes y de unas declaraciones de guerra y predicaciones apocalípticas. De Irán a Afganistán, de Afganistán a Europa, de Europa a Estados Unidos. Al Qaeda y Herbolá hunden sus raíces ideológicas y religiosas en la predicación de Jomeini
La tercera gran revolución la estamos viviendo en estos días. Myanmar, la antigua Birmania, hace cerca de veinte años está sufriendo una de las dictaduras militares más sanguinarias y crueles en el Lejano Oriente. En esta sociedad plural y rica en historia y cultura, se tiene en gran estima a los bonzos, los monjes budistas. Y han sido ellos precisamente los que están encabezando unas protestas que pueden empapar de sangre el país o ser el catalizador de un nuevo cambio social en un gran país. Los ciudadanos, encabezados por unos 30.000 monjes budistas, han tomado las calles de Yangon a pesar de la amenaza de la Junta Militar de poner fin por la fuerza a las protestas callejeras que han alentado llamamientos a favor de la democratización del país.
Juan Pablo II desde el Cristianismo, Jomeini desde el Islam y los Bonzos desde el Budismo invitan a un cambio radical de la sociedad, a la revolución del siglo XXI. No se puede construir una sociedad sin el respeto a lo divino, a lo humano, a la naturaleza.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

CONSEJOS PARA SER BUEN CIUDADANO


El 11 de septiembre nos acaba de traer la memoria de uno de los ataques terroristas más terribles de los que se tiene constancia en la historia reciente de occidente. Si tuviéramos una perspectiva histórica más completa, veríamos que en la historia del continente americano hemos tenido muchas otras masacres con las que hemos empapado de sangre la tierra. Pero esas no cuentan.

La masacre de septiembre 11 ha provocado una búsqueda desenfrenada de todo aquel que no piense como el ciudadano americano promedio. De todo aquel que no consuma los mismos productos. De todo aquel que tenga otro color de piel. De todo aquel que no celebre ciertas fiestas, no hable inglés, no ponga banderas estrelladas y listadas en sus ventanas.
Y se está dando el caso de que, en un país de inmigración, son los emigrantes los que pagan las consecuencias. Esto está provocando que muchos emigrantes legales traten de hacerse ciudadanos, hecho que merece todo el respeto y despierta el apetito de inescrupulosos, ya sean políticos, abogados o aventureros.

Pero hay ciertas cosas que no se aprenden en tantos cursos como se ofrecen para obtener la ciudadanía. Simplemente cito algunas de ellas.
En primer lugar trate de comprarse un arma de fuego. Estudios recientes muestran que nueve de cada diez ciudadanos en este país posee una. La población mundial está en posesión de 670 millones de armas de fuego. En Estados Unidos solamente hay 270 millones de armas en circulación. Cada año se fabrican ocho millones de armas en el mundo. Cuatro millones y medio se venden en Estados Unidos.
En segundo lugar asegúrese que ha visto todas las películas de la serie La Guerra de las Galaxias, Rambo, Ocean Eleven, Die Hard y un largo etcétera donde se nos muestra el manejo de esas armas y sus efectos.
En tercer lugar no se olvide que cuando vaya a comprar un teléfono portátil, lo que va a adquirir es un instrumento con el cual puede escuchar música, sacar fotos, enviar correos electrónicos, guardar mensajes y, de vez en cuando, hacer llamadas telefónicas. Más de una hora me costó convencer al empleado de una tienda cuando fui a comprar un teléfono y le dije que quería un teléfono para hablar por teléfono. Me miraba como si fuera un marciano.

En cuarto lugar asegúrese de haber leído todos los libros de la serie de Harry Potter, el niño prodigio que entra en el mundo mágico y nos hace vivir unas fantasías e irrealidades como si fuéramos unos estúpidos. Quizás no haríamos una cola ante una librería para comprar una biblia, un libro de reflexión, una obra de los grandes maestros de la literatura y el pensamiento. Pero para el libro del niño de gafas de miope y cara de subnormal sí tenemos tiempo.

En quinto lugar no se olvide de la comida rápida, la que nos convierte en enfermos crónicos. Este es el único país donde los pobres están enfermos de obesidad y los niños, a partir de los once años, ya presentan enfermedades de adultos como la diabetes, alta presión y asma. Ni se olvide tampoco de comprarse unos calzoncillos con el nombre de la marca bien claro. Con los pantalones medio arrastrando y anunciando la marca de calzoncillos que usamos, pareceremos mejores ciudadanos. Es el American Way of Life.

jueves, 30 de agosto de 2007

LA VIOLACIÓN DE LA MADRE TERESA


Muchas veces cuando escuchamos la palabra violación la asociamos con sexo y violencia. Sin embargo hay otras violaciones mucho más profundas y mortales. En cualquiera de ellas la víctima se siente impotente, utilizada, sucia, despreciada. No se cree muchas veces en su testimonio. Ponemos nuestra ración de duda por si esa persona hizo algo que incitara al violador. Todo eso ha ocurrido ahora con la intimidad y la fama de una persona. Eso es sin duda la peor de las violaciones.

Viene todo esto a razón de que la revista TIME nos presentó como gran historia, con portada incluida, que la Beata Madre Teresa de Calcuta tuvo dudas de fe. Que, según testimonios escritos y redactados por ella misma, hubo largos momentos en su vida que dudó de la existencia de Dios, de la presencia en su vida del Creador. No lo vio claro en su camino. Y todo eso extraído de unas notas, de unas cartas que ella redactó y que pidió se destruyeran a su muerte. Fueron notas escritas en un momento de gran dolor y crisis, fueron el abrir su intimidad a ella misma y a aquellos guías espirituales que le ayudaron a caminar en su larga noche del alma. Y de una forma inescrupulosa, indecente, se publicaron.

Se violó su intimidad. No se respetó la última decisión de una mujer honesta y dedicada a ser servidora de los más necesitados, de los abandonados. Ella no hizo sino gritar el mismo grito que muchos hemos dado cuando hemos estado ante el dolor, la miseria, la degradación del ser humano llevado a cabo por otro ser humano. Es la misma pregunta que Benedicto XVI se hizo hace unos meses cuando visitó los campos de exterminio nazi: dónde estaba Dios cuando todo eso ocurría. Cuando se ha caminado junto al despreciado, al humillado, al violado, al deshumanizado, la vida y las creencias se cuestionan, se ve y se cree de otra manera.

Y la humilde y frágil monja albanesa, fue la mujer fuerte que le gritó al mundo que existían otros seres humanos. Que no todo era gloria, éxito, triunfo, belleza. Que la sociedad que hemos construido, esa aldea global, ha producido también la degradación, humillación y destrucción de muchos seres humanos. Seres humanos que tienen dignidad, que merecen un respeto. Seres humanos que hay que respetar en todas las etapas de su vida.
Y la revista TIME, representante de esa sociedad de bienestar, de ese mundo feliz artificial que hemos creado, nos ha querido decir que el testimonio de esa mujer a quien respetamos, no sirve gran cosa porque ella llevó a cabo sus acciones como mera filantropía, como mero show humanitario. ¿Por qué hablar de fe si la llamada mujer creyente no creía, no sentía a Dios? El mensaje subliminal que nos quieren dar es que las razones de la Madre Teresa para hacer lo que hizo no son muy válidas.

Los dos grandes profetas del siglo XX, Juan Pablo II y la Madre Teresa, han visto cómo sus deseos de que se destruyeran sus escritos al morir no han sido respetados. De ambos podemos decir que, con sus conciencias abiertas, nos recuerdan que la sociedad que hemos construido se salvará o perecerá dependiendo de cómo respetemos al ser humano. Ambos fueron violados en su intimidad. ¿Quién será el próximo profeta en ser violado?

jueves, 16 de agosto de 2007

La Moda China



Volvemos a tener a China de moda. La penúltima noticia – la última sale en cualquier momento- es la retirada del mercado de unos cuantos millones de juguetes. Esta noticia se une a la de los neumáticos defectuosos, las pastas de dientes envenenadas y las medicinas sin mucha garantía. Los chinos se han vengado negando la entrada en su mercado de las sopas y galletas de una multinacional norteamericana. En Occidente argumentamos la mala calidad de los productos. En China, la ruptura de la cadena alimenticia tradicional que está llevando a la población a unos hábitos y niveles de salud intolerables. La próxima no sabemos cuál será, pero va a ser grande. Hasta el próximo verano en que seremos espectadores de los Juegos Olímpicos de Pekín, China va a estar de moda.
Estamos asistiendo un poco al enfrentamiento entre la visión del mundo de China y la visión del mundo del resto de la Humanidad. Esta batalla no es nueva. China ha sido en oriente lo que la antigua Grecia lo fue para Occidente. El concepto de ser chino no está basado en la raza, sino en el concepto cultural. Hablar y comportarse como chino, aceptar su sistema de valores culturales, es ser chino. En la antigua China tan sólo los hombres cultos podían ocupar puestos de mando. Autoridad y cultura iban juntas.

En China la naturaleza se respeta al máximo. Los jardines se hacen a imitación de la naturaleza: con cuevas, fuentes, lagos, árboles, peces. No tiene sentido un jardín con formas geométricas, que violentan la naturaleza
En su historia milenaria los contactos con Occidente han sido esporádicos y basados casi exclusivamente en lo comercial. El miedo a lo extranjero, la xenofobia, cerró siempre las puertas del Imperio. China ha sido consciente de ser una avanzadilla cultural, y se ha sentido autosuficiente
Para el chino la religión consiste en la búsqueda personal de la armonía consigo mismo y con la naturaleza. No se necesitan dogmas. Es un contrasentido. En religión hay maestros, no autoridades y la persona es una gota, junto a otras, en el océano de la vida, del mundo.
El conocimiento a nivel popular de China llegó a Europa a través del veneciano Marco Polo. Los tallarines, espaguetis y los fuegos artificiales encandilaron a los habitantes de la península itálica y de ahí al mundo entero.
El P. Mateo Ricci, jesuita italiano, se hizo chino entre los chinos. Intentó una adaptación de la liturgia a la cultura china, ya en el siglo XVI. Como hombre culto, fue admirado y aceptado por el Emperador, a quien hizo ver ya entonces que China no es el centro del mundo. Sólo así pudo hablar del Evangelio. Su figura es siempre respetada.


Ricci mostró la mejor, y quizás la única, manera de llegar a un pueblo y respetarlo: conocer su cultura, sus creencias, su forma de ser, su historia, sus luces y sombras para, entonces, convivir con él y poder caminar juntos. Imponer culturas y formas de vida nunca ha funcionado. Creo que es el Talmud de Babilonia el que expresa que, para conocer a una persona, hay que caminar una milla dentro de sus zapatillas.
En nuestro mundo globalizado, China va a estar de moda al menos hasta final del próximo verano. Aprendamos de Marco Polo y de Mateo Ricci

jueves, 2 de agosto de 2007

EL CRIMEN OCULTO


Vivir en Nueva York es estar dispuesto a escuchar las atrocidades y barbaridades más grandes y quedar indiferente. Es tal la acumulación de hechos, sensaciones, tragedias, ilusiones, vidas y muertes que suceden cada día que, para sobrevivir física y mentalmente no se puede hacer otra cosa que volverse cínico e indiferente
Hace unos días los medios de comunicación nos trajeron la noticia de un crimen perpetrado en Queens. La narración sonaba trágica y morbosa en detalles. Un hombre maniatado, estrangulado y con los genitales salvajemente arrancados. Una de las cosas extrañas de este crimen fue que “alguien” llamó al servicio de emergencia de la policía avisando que cierta persona se estaba desangrando. Cuando las autoridades llegaron a la escena, se encontraron el macabro espectáculo de un sádico crimen. Pronto se pudo dar con la persona presunta autora de dicho crimen. No era otra que una profesional, empleada de los servicios de seguridad en el aeropuerto Kennedy. Ha terminado recluida en un hospital psiquiátrico de la ciudad. Lo más trágico es lo que ha salido a luz pública. La víctima del macabro asesinato no fue otra cosa que un cruel e inescrupuloso violador de su pequeña hijastra, la cual lo asesinó como venganza por tantas vejaciones violaciones y humillaciones que a lo largo de la vida sufrió.
Todo este sórdido y cruel relato nos ha puesto de actualidad un crimen mucho más abundante en nuestra sociedad de lo que nos imaginamos, el incesto, algo de lo que pocos se atreven a hablar y muchos preferimos callar. A veces la víctima ha sido seducida y obligada a prostituirse por un padrastro que no conoce lo que es la palabra respeto. A veces es el propio padre quien sin escrúpulos viola a su propia hija. “Antes que te goce otro te tengo que gozar yo” afirman cínicamente orgullosos.
Y en este crimen todos somos cómplices. Es cómplice la madre o el padre que, a sabiendas de lo que está ocurriendo a su alrededor, prefieren callar por comodidad económica, por vergüenza, por complicidad siendo tan criminales como la persona que realiza las violaciones.
Es cómplice en ocasiones el líder religioso de la comunidad, quien aún sabiendo lo que está ocurriendo, prefiere callar por evitar el escándalo o evitar el perder jugosos donativos que el criminal da para la Iglesia o para la Comunidad.
Es cómplice la sociedad que crea modelos de relajación y relativismo donde todo está permitido. Hay que darle gusto a los sentidos sin freno alguno. Todo nos lleva a ello. No importa si es un niño, una niña, un ser nacido de nuestras entrañas. Yo gozo y lo demás no me importa. Es relativo eso de que sea criminal. La misma biblia nos pone ejemplo el ejemplo de Lot y hay que imitar la Biblia. Todo es relativo. Y todo está hecho para gozar.
Mientras tanto, nuestros niños sufren y son heridos con heridas que nunca se sanan.
Nuestros niños nos avisan con su comportamiento cuando algo anda mal. Cuando pierden la sonrisa, cuando sus ojos están tristes, cuando nos rehúyen, cuando quieren estar solos y lloran sin cesar. No dejemos que el crimen siga presente entre nosotros. ¿Acaso preferimos que sean esos niños-víctimas los que se tomen la venganza por sus manos? No los dejemos indefensos en manos de tanto criminal suelto.

jueves, 26 de julio de 2007

Malaquías: El de las Profecías

Julio 22, 2007

Reflexionando sobre lo ocurrido en estos días en la Arquidiócesis de Los Ángeles me acordé de las profecías de Malaquías. Aquel fraile irlandés que en el siglo XII, después de una visita a Roma, escribió una serie de profecías o de "lemas" para cada uno de los papas hasta el fin del mundo. Cuando falleció Juan Pablo II se comentaban con cierto escepticismo y curiosidad entre los periodistas que invadimos Roma esos días dichas profecías. Según Malaquías tan solo quedaban dos papas en su lista para que la Iglesia se acabara. El último pontífice en ocupar la Sede de Roma lo será Pedro Romano: En la persecución final de la Santa Iglesia Romana reinará Petrus Romanus (Pedro el Romano), quien alimentará a su grey en medio de muchas tribulaciones. Después de esto la ciudad de las siete colinas será destruida y el temido juez juzgará a su pueblo. El Fin."

Es obvio que la Iglesia oficial nunca le ha dado mayor importancia a esta profecía. Pero, ¿no tendrá algo de verdad? ¿No estará refiriéndose Malaquías al fin de un modelo de Iglesia que no sirve, un modelo de Iglesia apartada del Evangelio, un modelo de Iglesia-Poder, un modelo de Iglesia-Bussiness, un modelo de Iglesia-Custodia de las Leyes, un modelo de Iglesia apartada de la realidad del emigrante, del pobre, e incluso del intelectual, de una Iglesia-Avestruz, que prefiere encerrarse antes de enfrentarse con la realidad?.

Tanto los escritos del nuevo testamento como la enseñanza de los concilios y de los grandes pensadores de la Iglesia, nos presentan un modelo de Iglesia como comunidad abierta, sencilla, cercana al pueblo, en diálogo con el mundo. El Concilio Vaticano II nos define la Iglesia como signo e instrumento de la unión íntima con Dios y con todo el género humano, una comunidad, luz de las gentes, donde nada humano le debe ser ajeno. Según esto, cuando asistimos al espectáculo mediático montado en la Arquidiócesis de Los Ángeles, nos preguntamos qué modelo de Iglesia hemos fabricado. Ante el dolor, la destrucción humana, la violación de tantos seres humanos por parte de eclesiásticos a lo largo de los últimos setenta años no podemos menos que preguntarnos qué modelo de Iglesia vivimos y hemos construido.

Si bien es cierto que la Iglesia es una comunidad de creyentes que viven en el mundo y se adaptan a él, y en los Estados Unidos para sobrevivir tuvieron que adaptarse al sistema de Corporaciones, ello no justifica que las Arquidiócesis, Diócesis, Parroquias, Escuelas y demás centros dirigidos por la Iglesia, deban regirse por las normas de las compañías de seguros y por los consejos de abogados no siempre escrupulosos. ¿Dónde queda el evangelio? ¿Dónde queda la preocupación por el que peca y por la víctima del pecado? ¿Dónde queda el bien de las almas? ¿Somos comunidad de creyentes, débiles y con nuestras miserias o somos accionistas de una corporación multinacional? ¿Dónde están los pastores que se preocupan con especial caridad por sus sacerdotes, que se muestran solícitos con todas las personas de cualquier edad, condición o nación que viven en sus diócesis, como nos recuerda el Vaticano II?.

Esperemos que cuando Pedro Romano dirija la Iglesia podamos decir que construimos una comunidad que comparte alegrías y esperanzas, penas y tristezas, una comunidad donde nada humano le es ajeno, una comunidad luz de las gentes.





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viernes, 6 de julio de 2007

SE HACE CAMINO AL ANDAR


Jerusalén, jueves 5 de julio
En estos momentos estoy en Jerusalén y viendo lo que ocurre en la ciudad y sus alrededores y lo que observo me desconcierta. Estoy acostumbrado a ver los informes y las noticias que aparecen en los diversos medios de comunicación occidentales sobre la realidad palestino-israelí: por un lado presentan al ciudadano judío oprimido por hordas de musulmanes fanáticos que desean echarlo al mar. Un explotador implacable y dictador de las minorías árabes. Usurpador de terrenos que no le corresponden, fanático religioso. Por lado presentan al ciudadano palestino, como un eterno refugiado, rechazado por los judíos, humillado, eterno sufriente y ponedor de bombas, aprendiz de terrorista, fanático dispuesto a volar por los aires llevándose por delante la vida de quien sea.

Esos estereotipos nos los repiten hasta la saciedad todos los medios de comunicación. Se podría pensar que el dicho atribuido a Goebbels sea cierto: “Miente. Miente mucho, pero miente de tal manera que al final parezca verdad”
Estoy viendo que estos modelos que se nos han vendido no existen. Y digo esto cuando veo y constato después de conversar con personas de ambos grupos las cosas como se están desarrollando en la vida cotidiana. Veo y observo entendimientos si no perfectos, sí con el deseo y la mejor buena voluntad de que, al menos, puedan vivir en paz y normalidad.


El ciudadano israelí está cansado de miedos, de inseguridades, de fanatismos de cualquier tipo y lo único que anhela es poder vivir en paz en esta tierra de sus antepasados, la cual ha logrado convertir en un lugar habitable y donde desea que sus hijos crezcan en paz y armonía y donde no se le discrimine por sus creencias como se ha hecho en los últimos dos mil años. Por eso ha luchado y ha levantado su patria. Jerusalén, dos mil años después ha dejado de ser un sueño para convertirse en una realidad.
El ciudadano palestino está también cansado de tanta violencia, de tanto desprecio, de tanto de cómo han jugado con él. Esta es su tierra también, en la cual ha vivido por cientos de años. De repente llegaron extraños a compartir con ellos. Y sus hermanos árabes de la zona, no han ayudado a los palestinos a vivir la nueva realidad surgida en su tierra, y lo más triste, han jugado con ellos.


Se sienten abandonados, deprimidos, solos y, sobre todo, manipulados por líderes inescrupulosos, víctimas de burocracias y bandas ineficientes y corruptas. Ellos también desean la paz, desean vivir en armonía con sus vecinos, desean ver crecer a sus hijos con ilusión y esperanza. Desean que la tierra de sus antepasados la puedan compartir entre todos.
Ambos pueblos sienten en su historia reciente que demasiada sangre se ha derramado y es hora de pasar al diálogo, al reconocimiento mutuo, al respeto mutuo. Sigue teniendo actualidad las palabras de Golda Meir: “Judíos y Árabes estamos condenados a entendernos”.

Todo parece oscuro, difícil, sin solución. Sin embargo, para el ciudadano común y corriente, a pesar de todo, algo se mueve hacia la paz y la comprensión mutua.
Ambos pueblos necesitan sobre todo el sentir que no están solos. Necesitan el sentir que alguien común y corriente, como usted y como yo, hace el camino hacia la paz junto a ellos.
columnadelpadretomas.blogspot.com

miércoles, 4 de julio de 2007

Pisando tus umbrales, Jerusalén


La última vez que nos comunicamos fue para contarles de nuestro caminar Chipre, la tierra que sintió las palabras vibrantes de Pablo, la que vio nacer a Bernabé, la que guardó los restos mortales de Lázaro. De allí, en breve vuelo, llegamos a Israel, la mítica y bíblica tierra que mana leche y miel. Para algunos, sangre e hiel.


Siguiendo la costa mediterránea llegamos a Cesárea del Mar, ciudad que guarda el recuerdo de San Pablo y la memoria de Eusebio, el Obispo que escribe la primera Historia Eclesiástica y que convoca un concilio donde se establece la fecha de la celebración de la Pascua. Guarda esta ciudad igualmente el recuerdo de Pilatos, el gobernador romano que decidiera la suerte de Jesús.




De Cesárea a Haifa, con su Monte Carmelo, su Cueva de Elías y sus Jardines Ba´Hai fueron etapas de un caminar que nos llevó a Nazaret. En el lugar donde la tradición nos recuerda la Anunciación de la maternidad de María tuvimos nuestro primer momento importante de oración, nuestra primera eucaristía. La Familia de Descubriendo el Siglo XXI, que son todos ustedes, estuvo muy presente encima de la mesa del altar. Mesa donde se pusieron las alegrías y las esperanzas, las penas y las tristezas de todos: enfermos de sida, violados, maltratados, enfermos, deprimidos, en fin, de todos aquellos que noche a noche nos siguieron en la radio y día a día nos leen en internet y nos siguen con cariño. Sería largo el citar a tantas personas que nos han escrito, pero aunque nos olvidemos nosotros, el Buen Dios, aquel de quien dijo el Ángel que para El no hay nada imposible, El ciertamente no se olvida.


Nazaret con la Casa de la Carpintería de José; Caná con sus bodas y el milagro del agua y el vino, terminaron de llenar nuestro primer día completo en Israel. De ahí a descansar a las orillas del Lago de Tiberíades, el mismo en torno al cual muchas noches Jesús durmió, caminó, compartió y, sin duda alguna, rió y lloró, gritó y susurró. Fue “su lago” Y junto a ese lago pasamos dos maravillosos días. Recorrimos Cafarnaúm, la ciudad que guarda el recuerdo de Pedro; Tabja, donde Jesús, ante el hambre de cientos de personas, viendo la audacia y la disponibilidad de un joven, multiplicó los panes y los peces hasta que se saciaron. Pero sobre todo, visitamos, rezamos y meditamos en medio del templo más grande del mundo, en uno que no tiene paredes, ni techo ni puertas. En uno donde se proclamó el Mensaje de que seríamos plenamente felices el día que construyéramos la paz, el día que fuéramos justos, el día que tuviéramos un corazón limpio y sincero. El Monte de las Bienaventuranzas es, sin lugar a dudas, ese Templo sin paredes, esa Iglesia sin techo, esa ventana a la Universalidad del Amor de Dios. Desde allí rezamos por todos ustedes.



Y el lunes, con el corazón lleno de emociones y los ojos bien abiertos para ir contemplando los caminos por donde anduvieron nuestros padres en la fe, nos dirigimos a Jerusalén. El desierto de Judea nos fue mostrando por el camino la ruta seguida varias veces tanto por Jesús como por María, José, los Apóstoles. Íbamos a Jerusalén. Íbamos a Sión. Desde el Monte de los Olivos contemplamos la Ciudad Santa con sus cúpulas doradas y sus paredes de piedra. Cuando aún teníamos en nuestra retina las imágenes de la ciudad, nos dirigimos a la Casa del Pan, a Belén, la pequeña ciudad tres veces recordada en la Sagrada Escritura. La ciudad que vio nacer a David. La ciudad que vio nacer a Jesús.




Cruzamos el muro que separa a dos pueblos hermanos. Muro que la incomprensión y la violencia ha levantado. Y allí dentro, en la Casa del Pan, nos acogieron con gran alegría y compartimos el pan con los amigos de Belén, con los cristianos de Belén, con los creyentes que olvidamos pero que son la presencia viva de la fe cristiana en esta tierra que muchos quieren convertir en una que mana sangre e hiel.


En un rincón de la gruta de Belén, aquel que guarda el recuerdo de San Jerónimo, donde nos cuenta la tradición que hizo la traducción de la Palabra de Dios para la gente sencilla, allí tuvimos nuestra celebración de la Santa Misa. Y allí también estuvieron ustedes presentes.
Y lleno el corazón de alegría nos regresamos a Jerusalén pensando que estábamos viviendo un sueño. Nos habían advertido de peligros, de tiros, de violencia, de gente con gesto hosco y anti americanos. Y nos encontramos con gente acogedora, con las calles llenas de peregrinos, con la sonrisa y el cariño de quien recibe a un familiar que viene de lejos a nuestro hogar. Las dificultades de la vida, las resuelven ellos, pero ahora están con nosotros nuestros hermanos de lejos. Se nota el cariño, el respeto, la amistad, el valor de las cosas sencillas. Pienso que mientras haya personas como las que nos encontramos que, a pesar de las dificultades, aún sonríen y acogen, la paz tiene una gran oportunidad en esta parte del mundo.
En nuestra próxima entrega les contaré nuestro caminar por las calles de Jerusalén. Pisando sus umbrales.
Con cariño y respeto

Padre Tomás

domingo, 1 de julio de 2007

Desde Chipre

(Foto de Pafos por Padre Tomás)


Dice nuestro refrán que lo prometido es deuda, y que las deudas se pagan. Les había prometido tenerles al tanto de nuestra Peregrinación por los Caminos de nuestra Fe Cristiana y eso es lo que estoy haciendo ahora, contarles las incidencias de nuestro caminar.

Ya están al tanto de nuestros andares-y sudores!!- en Grecia. Corinto, Micenas, la Roca del Partenón, las calles y gentes de Atenas. A pesar del calor, sin embargo nos íbamos con cierta nostalgia. La de recordar que nuestro pasado hunde un poco sus raíces en esta tierra.



(Ruinas San Pablo)

Y concluida nuestra caminata en Grecia nos dirigimos a Chipre. Vuelo podríamos llamar caliente. El calor seguía implacable en tierra ateniense. Después de poco más de hora y cuarenta minutos llegamos a la isla de Chipre.

Esta pequeña isla, en medio del mar mediterráneo, queda cercana a las costas de Siria y de Turquía. Aún cuando es pequeña, sin embargo cuenta con una larga historia. Hititas, Persas, Griegos, Romanos y un largo etcétera han recorrido esta ínsula y han dejado su huella en ella.
Entre los nativos de esta isla figura Bernabé, el compañero de San Pablo, a quien acompañó en su primer viaje evangelizador a la Isla. Sus huellas siguen presentes por todas partes, dos mil años después

Limasso fue la ciudad donde fuimos a parar. Un lugar de descanso a medio camino entre el aeropuerto y la ciudad de Pafos, meta de uno de los lugares que justifican nuestra presencia en esta Isla. Recorriendo la costa al día siguiente paramos primero en la Villa de Episcopos, un noble romano quien construyera una rica mansión frente al mar. Sus ruinas nos muestran la importancia de esta isla en el control de la zona. Destacan sus mosaicos, libro abierto que nos muestra la riqueza iconográfica que siempre ha tenido la Isla.

En nuestro caminar por la carretera que bordea la costa nos topamos igualmente con el lugar donde, de acuerdo a la mitología griega, fue el nacimiento de la diosa Afrodita, la diosa del amor.


(Aquí azotaron a Pablo)

No tardamos mucho en llegar a Pafos, la ciudad donde Pablo reside, sufre pero también lleva a cabo un milagro, el de la conversión del procónsul Sergio Pablo. Allí al apóstol le tocó sufrir una serie de azotes. Aún se conserva el pilar sobre el cual fue amarrado para ser castigado. Las ruinas de la Iglesia dan idea de la importancia de la comunidad que creció en la zona y que, lamentablemente, sufrió los avatares de la invasión musulmana.

En l misma demarcación de Pafos se encuentran el monasterio de San Neófito, uno de los grandes maestros de la vida espiritual en la pequeña Isla, quien viviera hace cerca de mil años, pero que su influencia siguen estando vivas. Y no lejos de allí la Iglesia de Yeroskipos, uno de los varios lugares declarados Monumentos de la Humanidad por las Naciones Unidas La sencillez de sus pinturas, con cerca de mil años, siguen invitando a la oración y la reflexión.




(Pilar de San Pablo)

El segundo día de nuestra corta visita a Chipre lo dedicamos a recorrer la capital dividida de Nicosia. Uno de los dramas de esta nación es precisamente la división en dos partes de la Isla. Chipre, después de haber pasado por manos de diversos imperios y monarquías, logró finalmente su independencia en 1960. Por siglos habían convivido pacíficamente dos comunidades: la greco chipriota y la turco chipriota. Fueron años de respeto y crecimiento. Durante la década de los setenta Turquía envió sus tropas a esta isla para ocuparla y defender a sus connacionales de los peligros de la dictadura de los coroneles griegos. Desde entonces la vida chipriota cambió para siempre. Ese drama ha afectado toda la vida del país. Los creyentes han visto destruidas sus iglesias, profanados sus cementerios, quemados y expoliados sus tesoros artísticos. Pudimos ver de cerca este drama cuando visitamos en el palacio arzobispal el taller de restauración y el pequeño museo donde se han podido recoger algunas de las obras expoliadas.
Después de un almuerzo ofrecido por las autoridades de turismo a nuestro grupo, y habiendo visitado la Iglesia donde se guardan los restos de san Lázaro, nos dirigimos al aeropuerto donde tomamos el avión para llegar a Israel, tercera etapa de nuestro caminar.






Si debiera resumirles nuestra experiencia de Chipre, tendría que decirles que hemos recorrido una pequeña isla que posee un rico pasado desde el punto de la fe cristiana. Cómo se enfrenta a la lucha de unir a su pueblo invadido por una potencia no tan solo económica, sino por todo un sistema de fe y de creencias ajenos a su historia y su cultura. Chipre es el único país cristiano e independiente en la zona. Líbano también lo es. Y la guerra que destroza este otro gran pueblo, no es otra cosa que tratar de erradicar de la zona la presencia cristiana. Chipre sufre, pero sigue adelante con valentía y entereza.

Todos nos llevamos un recuerdo muy grande y hermoso de Chipre en nuestro corazón Pablo, Bernabé y tantos otros cristianos de la primera hora vivieron aquí. Esta isla por tanto es para nosotros también Tierra Santa.

Desde Jerusalén les contaré más .......................


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