Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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miércoles, 22 de agosto de 2012

CHINOS VERSION 3.0

Agosto 26, 2012 (Pictures by: Fr. Tomas Del Valle-Reyes)
Las nuevas tecnologías nos han traído nuevos lenguajes y expresiones. Hablamos de los sistemas operativos de las computadoras, de los teléfonos inteligentes (¿alguna vez hubo teléfonos estúpidos?) y los vamos catalogando de acuerdo a su antigüedad memoria y funcionalidad.
Las versiones avanzadas de muchos de estos aparatos electrónicos suelen llevar el denominador numérico que indica la generación a la que pertenecen. Con el pueblo chino, esa compleja masa humana de más de mil trescientos millones de personas y 56 etnias distintas, ocurre algo parecido.
Existen los chinos versión 1.0. Son aquellos que nacieron en una tierra dividida, herida por la guerra y la invasión japonesa, crecieron a la sombra de un líder, Mao, y a pesar de demasiada sangre, sudor y lágrimas, lograron construir un país. Estos chinos serían el equivalente de los “baby boomers” aquellos americanos nacidos después de la Segunda Guerra y que soñaron con un mundo distinto, un mundo donde la utopía era posible.
Esta generación china 1.0 logró para sus hijos un bienestar, una educación, un modo de vida aceptable en una economía colectiva y dirigida desde las altas instancias del poder.
Pagaron un precio muy alto: la Revolución Cultural, las consignas y el Libro Rojo de Mao, los desastres agrícolas, formaron parte de sus vidas. Nada espiritual, nada cultural que no fuera del partido. Pero a los hijos que no les falten la comida, la casa, la escuela.
Esto dio paso a una segunda generación, los chinos versión 2.0, los cuales ha tenido acceso a la educación, a puestos de trabajo en las multinacionales que, cual nuevos invasores, sembraron el país de factorías, contaminaron a niveles sin precedentes, destruyeron campos, plantaciones y pastizales.
El nivel de vida subió grandemente. Pero se llegó a la falacia de que no había espacio para todos y cada familia no podía tener más de un hijo. Y, a ser posible, varón.
Esta generación 2.0 ha logrado salir de los campos-según datos de 2011 el 51% de la población vive en zonas urbanas- tiene educación, buen nivel de vida, acceso a estudios, posibilidades de trabajo y de salir del país, bienes de consumo de alto nivel. Sus hijos son ahora los chinos versión 3.0   Los chinos 3.0 son nietos de los que crecieron con la Revolución. Han nacido en un medio ambiente saludable, con niveles de vida que sus abuelos nunca pensaron obtener. Esta generación está demandando algo que han visto no tienen. Están buscando una trascendencia a sus vidas. Están buscando una religión, una espiritualidad. No importa sea Budismo, Cristianismo o la antigua Tradición Taoísta. Los centros de culto están llenos. Los templos católicos han tenido que poner pantallas gigantes en las afueras porque ya no caben los feligreses dentro. Se calcula que en China hay cerca de 350 millones de cristianos y 80 millones de musulmanes Estos chinos versión 3.0 están también cuestionando por qué no pueden tener hermanos. Ven que proceden de familias numerosas. Constatan cómo los valores genuinamente chinos, las tradiciones, la cultura, la familia, van a desaparecer con ellos. Del cuestionamiento a la acción hay poca distancia. No hay que olvidar que la generación 3.0 viene equipada con memoria de cinco mil años de historia. ¿Estaremos asistiendo al nacimiento de una Primavera China? En un mundo tan enigmático y complejo como el chino, todo es posible.
Tertuliasiglo21@aol.com

viernes, 10 de agosto de 2012

LOS OTROS CHINOS

Columna Agosto 12, 2012 (Pictures by Fr. Tomas Del Valle & Mark A. Torres )
Los Juegos Olímpicos nos han vuelto a traer a la atención mundial la China, ese grupo humano difícil de definir.

¿Un Imperio? ¿Un país? ¿Un conglomerado de grupos étnicos con un idioma endiablado de aprender? La idea que tenemos en occidente es la de un montón de gente, pequeñita, trabajadora al extremo, que come con palillos, que respeta sus antepasados, que tienen los dineros de medio mundo guardados en las cajas de seguridad de sus bancos. La realidad china es mucho más compleja y rica que todo eso. Un país de más de medio centenar de nacionalidades repartidas por todo el territorio, que desafía al mundo de una forma muy callada pero muy eficaz. China es un conglomerado de países, etnias y culturas muy complejas y diversas. Son 55 etnias distintas. Con su idioma, su cultura, su forma de vivir.

Ya no es una sociedad agraria. Los recientes datos de 2011 arrojan que el 51% de la población vive en las ciudades. Los templos de las diversas religiones están abiertos, llenos de gente joven. Según estudios llevados a cabo por diversas instituciones extranjeras, China alberga en estos momentos cerca de 350 millones de cristianos de diversas denominaciones, siendo los grupos de sanación y avivamiento los más abundantes, presentes sobretodo en zonas rurales.
El Islam es una realidad en China desde hace cerca de 1400 años. En 2004, las cifras oficiosas eran de 70 millones de musulmanes, Estos seguidores de Mahoma están presentes en diez grupos étnicos distintos. El más grande son los Hui, que abarcan más de la mitad de la población musulmana de China y están dispersos a lo largo de todo el país. Después de los Hui, el resto de la población musulmana pertenece a los grupos de lengua de origen turco y son racialmente turcos.

Este grupo de raíces turcas está a su vez divido entre los Uygurs, los Uzbekos, los Kazajos, los Kirgiz, los Tártaros y los Dongshiang. Casi todos los musulmanes cercanos al mundo turco se encuentran en las provincias occidentales de Kansu y de Xinjiang. El más grande de estos grupos musulmanes son los Uygurs, presentes sobre todo en la provincia de Xinjiang, donde conforman más del 60% de la población total
Desde que fue declarada la libertad religiosa en 1978 los musulmanes chinos no han perdido el tiempo para expresar sus convicciones. Actualmente existen cerca de 28.000 mezquitas en toda la República Popular de China, con 12.000 en la provincia de Xinjiang, una de las más ricas en recursos naturales. La cantidad de imams dispuestos a conducir a la comunidad musulmana es numerosa. Ha habido un creciente resurgimiento de la presencia islámica en China, y muchas asociaciones islamistas a nivel nacional se han organizado para coordinar actividades interétnicas entre musulmanes.

Actualmente hay unas ocho traducciones distintas del Corán en las diferentes lenguas chinas así como traducciones en Uygur y los otros idiomas de raíces turcas
Los aires de la Primavera Árabe están llegando a China. Quizás por ahí habría que buscar las razones de la oposición a una intervención en Siria. 70 millones de chinos musulmanes viven en una zona rica en petróleo y minerales básicos. A estos otros chinos les está llegando la brisa de la Primavera Árabe. El Gobierno de Beijing teme se convierta en vendaval. Sus rostros sin sonrisa se están poniendo serios.
Beijing, agosto 2012
Tertuliasiglo21@aol.com