Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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jueves, 20 de junio de 2013

LOS CIEN DIAS DE FRANCISCO

(Fotos: Padre Tomas Del Valle-Reyes)
Junio 23, 2013
Son muchos los que aún no se han repuesto de la sorpresa de la elección del cardenal Bergoglio como obispo de Roma.
Fueron a buscarlo al fin del mundo, según él mismo expresara, y encontraron a un hijo de emigrantes.
La renuncia de Benedicto XVI sorprendió a todos.
Pedro Miguel Lamet, un escritor jesuita, respondiendo a una pregunta sobre el posible sucesor, indicó que los cardenales deberían elegir “un hombre con sabor a evangelio, a desprendimiento, pobreza y apertura; que no conciba la Iglesia como castillo sino como plaza de pueblo. Que no se encierre en el Vaticano sino que baje a la calle para encontrar a Dios no como una póliza de seguridad, sino como una luz que da sentido y se reparte. Pero sobre todo que traiga optimismo, que no se sienta el dueño de una propiedad, sino el pastor amigo, el padre cercano, el hermano en cuyo hombro este mundo nuestro pueda descansar. En una palabra que pueda ser llamado ‘Papa de los pobres
Cien días después algunos de estos deseos empiezan a verse hechos realidad.
Hay ciertos gestos que lo avalan. Desde el desprenderse de vestimentas, calzados y protocolos con olor a polilla, pasando por el abandono de los Palacios Apostólicos y seleccionando para vivir un simple apartamento-estudio en la Residencia Santa Marta, lugar de hospedaje de viejos cardenales que no tienen dónde vivir, nuncios jubilados, empleados curiales, huéspedes temporeros. En dicha residencia todo es sobrio y a media voz. Desde la frugal comida-igual para todos- a los silencios en los amplios pasillos fríos y amedrantadores.
A diferencia de muchos eclesiásticos que no saben hablar de otras cosas que no sean el aborto, las condenas a matrimonios de parejas del mismo sexo, la eutanasia, el negar los sacramentos a políticos;
que ignoran a los emigrantes, la crisis económica que afecta a miles de familias, Francisco parte de la autocrítica de la propia Iglesia: corrupción, ambición, carrerismo, despilfarro de dinero, clanes…. Nunca se hubiera pensado que Papa se dirigiera a la directiva de los religiosos de América Latina diciéndoles: “Es posible que reciban una carta de la Congregación de la Fe, pero no se preocupen y sigan adelante en denunciar los abusos. Abran puertas, hagan algo ahí donde la vida clama. Prefiero una Iglesia que se equivoca por hacer algo, que una que se enferma por quedarse encerrada” El mismo ha abierto las puertas del Vaticano a varios presidentes y jefes de gobierno cuestionados. Su casa está siempre abierta.
Con el Papa Francisco se ha iniciado sin lugar a dudas una nueva etapa en la sociedad moderna.
En cien días ha demostrado que puede ser el líder religioso capaz de entusiasmar a sus seguidores, pero también a los miembros de otras comunidades e incluso a los que no creen en nada.
El mundo actual está carente de líderes que sean capaces de ilusionar, de animar a construir un mundo mejor del recibido.
Tenemos demasiados profetas de calamidades. Francisco, en cien días se ha convertido en un nuevo Hamelin capaz de entusiasmar, de alucinar y arrastrar a todos aquellos que quieren seguirle.
Invita a ir a las periferias donde apesta a ovejas, a dolor, a sufrimiento, a muerte, para brindar esperanzas y sentir que la vida merece ser vivida
Allí vivió y de allí salió y sabe que allí hay vida y esperanza.

Tertuliasiglo21@aol.com

viernes, 7 de junio de 2013

¿A QUIEN LE IMPORTA EL PROBLEMA SIRIO?

Junio 09, 2013

La ilusionante Primavera Árabe tal parecería que se ha estancado en un largo otoño en Siria.
 Todo empezó hace años en Túnez, donde la muerte de un simple vendedor callejero desató la mayor revolución no armada en la milenaria historia del Islam.
Libia y Bahréin fueron pequeños países en los cuales hubo un nuevo amanecer.
La situación se complicó cuando el gran gigante, Egipto, sintió los aires primaverales del cambio exigido por las nuevas generaciones que utilizaron el arma del internet, los teléfonos inteligentes y el boca a boca.
Era de esperar que Siria siguiera los pasos de Egipto. Los Mubarak y los al-Asad ya estaban caducos. Tiempo era del cambio. La sociedad siria reclamaba, como sus países hermanos, más libertad, más democracia plena, un mayor respeto de los derechos humanos.
Así empezó todo en 2011.

Pero las cosas no fueron ni son fáciles. Se cuentan por millones los desplazados, miles los muertos y cientos las ciudades y pueblos destruidos y todo va hacia peor.
Ahora lo que se pide es la renuncia, el arresto y la ejecución de Bashar al-Asad, el presidente sirio.
Las confrontaciones en Siria llevan camino de ser irresolubles.
Según un analista político de la BBC, J Marcus, el conflicto se está convirtiendo en un sangriento callejón sin salida.
Ninguna de las partes actualmente es capaz de salir victoriosa y
entre más tiempo continúen los combates peor será la catástrofe humana y mayores las posibilidades de que el conflicto se transforme en una guerra regional.

Siria ha sido un país conformado por diversos grupos étnicos y religiosos, con una larga historia, la cual aparece reflejada incluso en la Biblia. 
Fue precisamente en este país, en Antioquia, donde por primera vez los seguidores de un judío proveniente de una provincia marginal del Imperio Romano, empezaron a llamarse cristianos.
Los 21 millones de habitantes actuales del país están conformados por una mayoría musulmana sunita (74%) dos minorías, la alauita y la cristiana, con un 10% cada una y representantes menores de otras comunidades, entre las que destacan los kurdos. 
La unidad nacional siempre ha sido difícil.

La oposición que ferozmente combate contra el gobierno de al-Asad está conformada por una amalgama de líderes exiliados, grupos clandestinos de la izquierda revolucionaria marxista, islamistas, nacionalistas, militares desertores y, según parece, yihadistas vinculados a Al Qaeda. Pero, ¿cuál es la Siria que quieren los opositores al régimen de al-Asad?
El Ejército Libre Sirio pide una Democracia a través de la lucha armada. El Concejo Nacional de Siria, compuesto por 13 partidos de izquierdas, tres partidos kurdos y diversos activistas independientes, buscan una apuesta nacionalista y de diálogo con el gobierno.
No podía faltar en este conflicto la presencia de al Qaeda, que aun cuando no es muy fuerte, está presente y aboga por una fusión entre Siria e Irak para formar un gran estado islámico.
Por último ha surgido un nuevo grupo formado por militares disidentes y prófugos que abogan por una transición al estilo egipcio.
Ya sobrepasan el millón y medio los refugiados y desplazados. Jordania, Turquía, Líbano, Irak y el Kurdistán Iraquí les están acogiendo.
Más sangre, sudor y lágrimas para la población civil iraquí. La Primavera Árabe se convirtió en un frio invierno y un cruel infierno para los sirios. Pero después de todo ¿a quién le importa el conflicto sirio?
email: Tertuliasiglo21@aol.com