Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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miércoles, 7 de septiembre de 2011

ASI QUE PASEN DIEZ AÑOS

 Fue un 7 de septiembre de hace diez años cuando empezamos una aventura en la ciudad de Nueva York cuyo fin vislumbramos lejano. Un grupo de personas inquietas se habían juntado para conversar y compartir inquietudes.
Habían observado que una gran cantidad de hispanos en la ciudad nunca tuvieron acceso a una educación religiosa normal. Ni siquiera a veces a la escuela elemental. Fueron muchas las opiniones, los discursos, las reflexiones. Todo fue un gran descubrimiento, el del hambre y sed de conocer,de compartir, de sentirse seres humanos aceptados y respetados. Aquella reunión recordaba la historia de la sopa de piedras. Todos tenían hambre y necesidad de llenar no ya sus estómagos cuanto sus corazones e inteligencias. A uno del grupo se le ocurrió buscar una lata, agua y unas piedras puestas a hervir. Un poco loco ¿no? Pero a esas piedras se le unieron muchas otras cosas. El primer plato servido de aquella sopa fue un Programa de radio, la Tertulia. Se transmitía los viernes en la noche. Luego vinieron más días. De lunes a viernes en la noche y de propina los domingos una hora para la Santa Misa. Casi dos años estuvimos luchando, sembrando ilusiones. De allí brincamos a otras emisoras, a otros tiempos, pero siempre con la misma ilusión. Curando heridas. Compartiendo alegrías y esperanzas. Al plato de la radio siguió el de los seminarios, y el de las peregrinaciones, y el de los folletos, y el de las misas y lugares de encuentro y oración.
Cuando nos vinimos a dar cuenta habíamos dado forma a una Organización, Descubriendo el Siglo XXI. No pretendíamos, ni pretendemos, otra cosa que servir, acompañar, alegrar la vida, enseñar a nuestros hermanos, a todos aquellos con los que caminamos día a día y con los que compartimos alegrías y penas, esperanzas y tristezas.
Hoy cumplimos nuestro primer decenio. Cuántos más cumpliremos no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que enfermos de sida pudieron encontrar ayuda y consuelo.Que los odios de familiares de presos pudieron sanarse. Que mujeres y hombres violados escucharon una palabra de consuelo. Que muchos presos sintieron que los barrotes de sus celdas eran más llevaderos. Que alguno no se quitó la vida por nuestro programa. Mientras tanto husmeando nuevos caminos por aquello de no estarnos quietos descubrimos las redes sociales, Facebook, twitter, sónico, Hi5, MySpace, y un largo etcétera que nos ha metido en muchos hogares y corazones. No hemos pretendido otra cosa que la de sembrar alegrías, dar apoyo, hacer sentir que no estamos solos y que la vida merece la pena vivirse. En el largo caminar de la vida, en ese camino que se hace al andar, nos han acompañado creyentes de todas las tradiciones religiosas presentes en nuestra comunidad. Con ellos y por ellos hemos aprendido que lo que no se conoce, no se respeta, lo que no se respeta, no se ama.
Y seguimos caminando. Que cuando nos llegue el atardecer de la vida, cuando debamos rendir cuentas, que al menos nos encuentre luchando y sembrando amor y respeto.
Con cariño y respeto


Padre Tomás del Valle y Equipo Descubriendo el Siglo XXI

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