El 24 de enero de 1998


El Sr Arzobispo en su discurso tantas veces mencionado, y pocas veces leído y reflexionado en tu totalidad, afirmaba “Le presento además a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido; la Nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología.

Son cubanos que, al rechazar todo de una vez sin discernir, se sienten desarraigados, rechazan lo de aquí de Cuba” Le faltó tiempo a ciertos sectores de la población cubana para señalar con el dedo al régimen que gobierna la Isla por los últimos 54 años.
Habría que glosar afirmando que muchos han confundido Patria con Exilio, Nación con Estados Unidos, Cultura con materialismo, pobreza mental, ignorancia y mala fe.
No se han dado cuenta aún, sea por su estupidez o su ignorancia, que viven un desarraigo y un complejo de mujer de Lot terribles. Viven mirando hacia atrás y convirtiéndose en estatuas de sal, faltas de vida y de ilusiones.
La Iglesia Católica en Cuba ha caminado y vivido un largo desierto y un largo desprecio. Dentro de Cuba, como acertadamente afirmara el Cardenal Jaime Ortega y Alamino en Conferencia recientemente dictada en la Universidad de Harvard.



Dejaron un pueblo que sabe reír en la adversidad. Que sabe sufrir y, a la vez, sabe compartir. Se pudo ir pero prefirió construir un mundo mejor del que recibió en su suelo patrio. Su modelo de patriota lo fue, y sigue siéndolo, el Venerable P. Félix Varela. Mientras a Varela lo vilipendiaron y rechazaron las autoridades españolas, a Jaime Ortega lo están insultando ciertos sectores de la comunidad cubana.
El gobierno de Jaime Ortega y Alamino tiene sus sombras, no hay que dudarlo. Si no las tuviera no podríamos ver con objetividad y serenidad su obra. Todo blanco o todo negro no dan imagen. En su período como Arzobispo de San Cristóbal de La Habana ha habido luces y sombras. Que cada uno las identifique.
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