Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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jueves, 19 de diciembre de 2013

Para los Marginados

Diciembre 22, 2013
(Fotos: Padre Tomas Del Valle-Reyes)

Al llegar el mes de diciembre la sociedad de consumo en que vivimos nos tiene programados para que compremos cosas que muchas veces no sirven, para que enviemos emails que nunca contestaremos, tarjetas diciendo una serie de mentiras que ni nosotros mismos nos creemos, adornemos calles, cortemos árboles, bebamos y comamos con compañeros de trabajo a quienes ignoramos o negamos habitualmente hasta el saludo.
Hoy me voy a permitir la licencia de enviar un saludo a sabiendas que no voy a recibir respuesta.
Pero lo hago con todo el cariño del mundo ya que los destinatarios son un grupo numeroso de nuestra sociedad al que ignoramos.
Me estoy refiriendo a los encarcelados, a los enfermos de sida, a la población homosexual rechazada, a los emigrantes solos, a mujeres maltratadas y abusadas, a tantos ancianos y enfermos que ven caer los días y llegar las noches sin consuelo y en la más completa soledad y tristeza.
Vaya para todos mi saludo y mi deseo grande de alegría y esperanza en esta época del año que nos recuerda la ternura de Dios que se hizo presente en medio de nosotros en forma de niño para que nuestras vidas tuvieran sentido.
Sé que muchos de ustedes se van a extrañar por esta columna.
Más se van a extrañar otras personas para las cuales algunos de ustedes son unos pillos, unos asesinos, unos viciosos, unos viejos chochos que no sirven si no es para incordiar, unas maltratadas más, unos degenerados.
Muchas veces nos olvidamos de que debajo de cada preso, enfermo, anciano, emigrante, marginado sexual, persona abusada y maltratada, hay un ser humano que ama, sufre y lucha. Y quiero desde esta columna, con todo el cariño y respeto que se merecen, desearles que la vida tenga sentido para todos: sentido para amar y ser amados, compartir, sentirse en definitiva personas.
Qué ironías tiene la vida. Celebramos en estos días el nacimiento de un marginado: marginado que conoció los sinsabores de la emigración forzada, del exilio político, del desprecio de sus paisanos del pueblo, de las difamaciones de las autoridades, de la traición y el abandono de los amigos en los momentos de las dificultades y el dolor.
Se atrevió a decirnos que nuestra vida habrá tenido sentido cuando seamos capaces de dar de comer al hambriento, de beber al sediento, de visitar al enfermo y encarcelado, de acoger al forastero.
Por decir eso lo marginaron y asesinaron.
Igualmente estos días son jornadas de reflexión, alegría, encuentros familiares, de volver a ser niños, de tener la ilusión de algo nuevo, de algo que nos sorprenda.
Son jornadas de paz y familia Y eso lo deseamos para todos, familiares, amigos, vecinos.
Y desde estas líneas se lo deseo a todo marginado en nuestra sociedad. Seres humanos que no han encontrado ni sentido el cariño y la ternura en sus vidas.
Seres humanos que han pretendido luchar por sobrevivir y levantar su familia pero las circunstancias los llevaron a errar. Seres humanos que estaban en el sitio equivocado en el momento equivocado.
Seres humanos que metieron las patas cuando no debían haberlo hecho. Pero por sobre todo, seres humanos.
Tan sólo que sepan que el amor es más fuerte que la muerte y que el odio.
Y que por mucho que dure la noche, siempre amanece.
Felices fiestas y un año nuevo lleno de esperanza.

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