Feb. 14, 2008
La Constitución de los Estados Unidos indica que, cada cuatro años, los ciudadanos de la República elegirán al Presidente y al Vicepresidente Y este año 2008 es uno de esos.
De acuerdo a la Comisión Federal de Elecciones en el año 2005 había 22 partidos políticos, de los cuales los tres más antiguos lo son el Demócrata, fundado en 1848, el Republicano, en 1854 y el Partido de la Prohibición, en 1869. Los más recientes lo son el American Heritage Party, fundado el año 2000, el Green Party en 2001 y el American Patriot en 2003. Los dos más importantes lo son el Demócrata y el Republicano, el Viejo y Gran Partido (GOP)
Desde hace meses ha comenzado el espectáculo mediático de selección de los candidatos que se enfrentarán el primer martes de noviembre. Las campañas y espectáculos electorales tienen muchas lecturas. La primera de ellas es que los republicanos no desean ganar las elecciones. Saben perfectamente que la administración de George W Bush va a dejar el prestigio y la economía del país y del partido en muy malas condiciones. Los próximos cuatro años van a ser, parafraseando a Churchill, de: sangre, sudor y lágrimas Irak y Afganistán van a continuar desangrando la economía y la sociedad norteamericanas por buen tiempo. Que sea otro partido el que rehaga el país. Eligiendo al senador McCain como candidato nos están indicando que no tienen realmente ese interés. Este candidato, muy digno de respeto, nunca ha sido bien visto en amplios sectores del Viejo Gran Partido. Se enfrentó a George W Bush en primarias. Ideológicamente aparenta estar más cerca del partido demócrata que del republicano. Si acudimos a la memoria veremos que en la campaña del 2004 el candidato demócrata coqueteó con la posibilidad de ofrecerle la vice presidencia
Fue, junto el senador Kennedy, quien presentó una ley de reforma emigratoria rechazada por amplios sectores republicanos. Que dé la cara por los republicanos, pero que no gane. Se quema y se cuenta con un período de cuatro años para preparar y buscar un candidato idóneo.
El partido demócrata tiene un reto difícil. Sabe que le va a tocar levantar la economía y el prestigio del país. Están siendo audaces presentando la posibilidad de postular a la presidencia a dos candidatos procedentes de dos minorías. La senadora Hillary Clinton y el Senador Barack Obama son los representantes de dos grupos sociales que han sido, y siguen siéndolo, víctimas de grandes discriminaciones. ¿Una mujer y un hijo de emigrante africano en la papeleta demócrata?
¿Está preparada la sociedad norteamericana para elegir a una mujer como presidenta? Está la sociedad norteamericana dispuesta a tener un presidente de origen africano, hijo de un emigrante graduado de Harvard? Ambos se presentan como los candidatos del cambio. Ambos cuentan con amplio apoyo en la juventud y en las minorías. Mujeres e hispanos dieron la victoria a Hillary en New York. Los afroamericanos se la dieron a Obama en los estados sureños.
La sociedad norteamericana entró violentamente en el siglo XXI el 11 de septiembre de 2001. Las elecciones de noviembre de 2008 pueden ser la oportunidad última de sanar las heridas abiertas en dicho ataque y abrir las puertas al nuevo milenio. Es el momento de ser audaces. Quizás dos minorías guiando al país puedan ser la solución y la sanación. Y la audacia.
Columna del Padre Tomás
En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.
Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.
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miércoles, 13 de febrero de 2008
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