
Estos hechos que se repiten con cierta frecuencia en el planeta se leen desde distintas perspectivas y se ven con diferentes ópticas.
Los fanáticos religiosos fundamentalistas han visto el terremoto en Haití como un castigo de Dios ya que el pueblo haitiano, supuestamente, hizo un pacto con el diablo.

Los religiosos moderados, pero igualmente fundamentalistas a la hora de la lectura de los libros sagrados de la tradición religiosa hebrea, ven un poco también la venganza de Dios a tanta negación, a tanto pecado, a tanto apartarse de las leyes divinas. En definitiva, otra venganza. Los seguidores de un obrero de la construcción y carpintero, reconvertido en predicador de lo que

Los seguidores de leyendas e historias precolombinas vieron en estos movimientos el principio de un final predicho por la enigmática cultura maya, la cual dejó plasmado en uno de sus calendarios la fecha de un cambio global: 2012. Para esa fecha el globo terráqueo entrará en una nueva fase. Se acaba el mundo conocido y dará comienzo otro.

Los observadores y estudiosos de la geología y los desplazamientos de las grandes masas de la Tierra, ven una demostración más de que la Tierra está viva, engendra nuevas realidades, sigue siendo Gea (Madre).
Los buscadores de negocios y formas de engañar, han visto una oportunidad magnífica para engordar sus cuentas de banco. Hay que limpiar escombros, levantar barracones, comprar y revender agua, comida, niños, materiales de construcción. Hay mucho dinero envuelto. Una oportunidad única para reponerse de tanto desmadre económico como el que estamos viviendo.
Los grandes medios de comunicación vieron la oportunidad de subir sus niveles de audiencia, con lo cual aumentan las posibilidades de obtener jugosos contratos de publicidad. Cuando ocurrió el terremoto de Chile ya el presupuesto para enviar presentadores renombrados estaba recortado. Además, Chile no tiene una población negra, pobre y marginada.
Los seres humanos normales, que no creemos ni en predestinaciones, esoterismos e historias raras, que trabajamos todos los días para tratar de construir un mundo mejor del que hemos recibido, que vemos en las víctimas de estas desgracias naturales a nuestros hermanos y compatriotas, es una ocasión para dar gracias a Dios por la vida, admirar su grandeza, sentirnos solidarios con los que sufren, rezar por los que fallecieron y tratar de vivir y amar cada día. Contemplamos cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando.
Tertuliasiglo21@aol.com
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