Columna del Padre Tomás



En la antigüedad se solían marcar los caminos con postes o pequeñas columnas. Eran los puntos de referencia para ir haciendo camino. A veces también se usaban las columnas para recordar hechos, personas, acontecimientos a no olvidar.

Las columnas del Padre Tomás del Valle son un poco ambas cosas. Piedras que marcan el camino que se va haciendo cada día, sin rutas, sin marcas. Y también Columnas que recuerdan hechos, personas, acontecimientos. En ambos casos no es otra cosa que un intento de trazar caminos en la aldea global.

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domingo, 20 de abril de 2008

ENCUENTRO CON LOS JÓVENES MINUSVÁLIDOS

(tomado de la Pagina del Vaticano)

PALABRAS DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI
Seminario de San José, Yonkers, Nueva York

Sábado 19 de abril de 2008

Eminencia, Excelencia, queridos amigos:
Me alegra tener esta oportunidad de encontrarme brevemente con ustedes. Agradezco el saludo del Señor Cardenal y, sobre todo, doy las gracias a vuestros representantes por sus atentas palabras y por el regalo de vuestra composición. Sepan que estoy muy contento de estar con ustedes. Les ruego que transmitan mi saludo a sus padres y familiares, a sus profesores y a los que les atienden.
Dios les ha bendecido con el don de la vida, y con otros talentos y cualidades, por medio de las cuales pueden servirlo a Él y a la sociedad de diferentes modos. Aunque la contribución de algunos puede parecer grande y la de otros más modesta, el valioso testimonio de nuestros esfuerzos constituye siempre un signo de esperanza para todos.
A veces es un reto encontrar una razón para lo que aparece solamente como una dificultad que superar o un dolor que afrontar. No obstante, la fe nos ayuda a ampliar el horizonte más allá de nosotros mismos para ver la vida como Dios la ve. El amor incondicional de Dios, que alcanza a todo ser humano, otorga un significado y finalidad a cada vida humana. Por su Cruz, Jesús nos introduce realmente en su amor salvador (cf. Jn 12,32) y así nos muestra la dirección, el camino de la esperanza que nos transfigura, de modo que nosotros mismos lleguemos a ser para los demás transmisores de esperanza y amor.
Queridos amigos, les animo a rezar todos los días por nuestro mundo. Hay muchas intenciones y personas por las que poder orar, también por los que todavía no han llegado a conocer a Jesús. Les ruego que recen también por mí. Como saben, acabo de cumplir un año más. El tiempo vuela.
Reitero a todos mi gratitud, también a los Jóvenes Cantores de la Catedral de San Patricio y a los miembros del Coro de Sordos de la Archidiócesis. Como signo de vigor y de paz y con gran afecto en el Señor, les imparto a ustedes y a sus familias, a sus profesores y a los que les cuidan mi Bendición Apostólica.

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