
por parte del Cardenal Arzobispo de Madrid, dieron comienzo el martes 17 de agosto la Jornada Mundial de este año, cuyo lema “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la Fe” se va a ir reflexionando, actualizando y fortaleciendo en los casi dos millones de jóvenes que han invadido Madrid. La celebración eucarística estuvo presidida por el Señor Arzobispo de Madrid y concelebrada por cerca de 900 obispos y varios miles de sacerdotes. Ha sido el toque de la salida de algo cuyo final es impredecible.
Ciertamente los jóvenes están siendo lo que son, cajas de sorpresa. Es impresionante ver las calles, los parques, las casetas con libros, conferenciantes, llenos de jóvenes. De América Latina han llegado jóvenes cuyo número se calcula en 500,000. De lugares tan remotos como Australia, Singapur o Zimbabue hay representantes. Los Obispos de los Estados Unidos se han envuelto muy intensamente en este evento. Han contratado un estadio cerrado, el Palacio de los

Deportes de Madrid, donde a partir de la mañana del miércoles, en sucesivas jornadas atenderán a los cerca de 25,000 jóvenes llegados de Estados Unidos. Cien obispos, tres cardenales, varios arzobispos y cientos de sacerdotes están acompañando a estos jóvenes que son el futuro de la Iglesia en los Estados Unidos
. Madrid vive un ambiente de alegría, de fe, de juventud hasta cuotas difícilmente vistas anteriormente. Son los jóvenes quienes nos están recordando aquel lema de la generación de los sesenta, “seamos consecuentes, pidamos lo imposible” Ellos están haciendo realidad ese imposible de alegría y fe que nace de un corazón en búsqueda de Dios. Son los “papa boys” de Benedicto XVI, el Papa de Facebook, Twiter e Internet. El anciano profesor que conoce a sus alumnos.
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